Tuneles Roderick Gordon 1 Túneles | Page 64

Roderick Gordon - Brian Williams Túneles —No, y al tacto esta tierra no parece estar lo bastante húmeda para provocar un desplome... No hay más humedad de la normal. Pero lo más raro es todo esto. —Se agachó, escogió una piedrecita del montón y se la tiró a Chester, que la cogió al vuelo y la observó sin entender a qué se refería Will. —Me temo que no comprendo. ¿Qué tiene de especial esta piedra? —Que es caliza. La tierra que bloquea el paso tiene trozos de tierra caliza. Toca la superficie. Es como tiza, algo que no se parece en absoluto al tacto de la arenisca. La arenisca está compuesta de partículas apelmazadas. —¿De partículas apelmazadas? —Sí, es mucho más granulosa. Espera, déjame que me asegure del todo —dijo Will cogiendo la navaja. Sacó la hoja principal y la usó para rayar la superficie limpia de otro trozo de piedra mientras seguía hablando—. ¿Ves?, las dos son rocas sedimentarias, y se parecen mucho. A veces es difícil notar la diferencia. La prueba que puedes hacer es echar una gota de ácido en ella. El ácido en la piedra caliza hace burbujas. Otra posibilidad es mirarla con lupa para ver los granos de cuarzo más gruesos que sólo están en la arenisca. Pero, con diferencia, el mejor método para diferenciarlas es éste. Manos a la obra —anunció Will cogiendo un trocito de la piedra que había tomado como ejemplo de la hoja de la navaja y, ante la sorpresa de Chester se lo llevó a la boca. Entonces empezó a mordisquearlo con los incisivos. —¿Qué haces, Will? —Mmm —contestó éste sin dejar de masticar—. Sí, estoy seguro de que es caliza. Mira, se transforma en una pasta suave. Si fuera arenisca, resultaría crujiente y haría ruido al morderla. A Chester le dio dentera oír el sonido procedente de la boca de su amigo. —¿Es en serio? ¿No te dejará los dientes hechos polvo? —Todavía no —respondió Will sonriendo. Volvió a meterse el trozo en la boca y lo masticó un poco más—. Definitivamente, es caliza —decretó, escupiéndola—. ¿Quieres un poco? —No, gracias, no tengo hambre —contestó Chester sin dudar un segundo—. Pero te lo agradezco de todos modos. Will señaló con la palma de la mano hacia el techo, por encima de la barrera. —Me cuesta creer que haya habido un depósito, una bolsa aislada de caliza, en algún punto cercano. Conozco bastante bien la geología de esta zona. —¿Qué quieres decir? —preguntó Chester poniendo cara de extrañeza—. ¿Que ha bajado alguien y ha traído todo esto para tapar el túnel? —Sí... no... No lo sé —contestó Will, pisando con frustración el borde del enorme montón de tierra—. Lo único que sé es que hay algo muy raro en todo esto. 64