Roderick Gordon - Brian Williams
Túneles
Miró el reloj e hizo una mueca. Sabía que no estaba bien dejar el museo tanto tiempo
cerrado, pero quería comprobar algo antes de volver. Dio varias vueltas a la plaza,
examinando las casas de los cuatro lados. La plaza había sido construida al mismo
tiempo que las casas, que eran todas iguales. Pero lo que le interesaba era la
posibilidad de que todas tuvieran aquellos misteriosos conductos.
Cruzó la calzada, atravesó una verja y entró en la parte central de la plaza, que
tenía un área pavimentada bordeada de arriates de rosales poco cuidados. Desde allí
tenía mejor vista de los tejados, y empezó a señalar con el dedo mientras contaba los
sombreretes que había en cada uno.
—No salen las cuentas —dijo frunciendo el ceño—. Qué curioso.
Se volvió, salió de la plaza y, recorriendo el camino de regreso al museo, llegó
justo a tiempo de cerrar hasta el día siguiente.
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