Tuneles Roderick Gordon 1 Túneles | Page 39

Roderick Gordon - Brian Williams Túneles —Vamos a tener que pensar qué hacemos. El espesor de la veta de arenisca quizá no nos permita perforarla. —Will entrelazó los dedos y puso las manos encima de la cabeza, en un gesto heredado de su padre—. ¿Qué te parecería... pasar por debajo? —¿Por debajo? ¿No será descender demasiado? —No, ya he cavado otras veces más hondo. —¿Cuándo? —Dos de mis túneles han sido mucho más profundos que éste —dijo Will, evadiendo la pregunta—. ¿Te das cuenta? Si pasamos por debajo, la piedra arenisca nos sirve de techo porque es muy sólida. Lo más probable es que no necesitemos ni apuntalar. —¿No harán falta puntales? —preguntó Chester. —Será completamente seguro. —¿Y si no lo es? ¿Y si se derrumba con nosotros debajo? —Chester parecía bastante incómodo. —No te preocupes. ¡Vamos, manos a la obra! Will ya había tomado una decisión y se dirigía al tajo cuando Chester volvió a llamarlo: —¡Eh!, ¿por qué nos dejamos los ríñones en esto...? Quiero decir, ¿hay algo indicado en algún plano? ¿Cuál es el propósito? A Will le desconcertó la pregunta, y pasaron varios segundos antes de que pudiera responder: —No, no hay nada señalado en el Servicio Oficial de Cartografía ni en los mapas de mi padre —admitió. Respiró hondo y se volvió a Chester—: Cavar es el propósito. —¿Así que tú piensas que hay algo ahí enterrado? —se apresuró a preguntar Chester—. ¿Como las cosas de aquel vertedero antiguo del que hablabas? Will negó con la cabeza: —No. Por supuesto que las cosas que se encuentran están muy bien, pero esto es mucho más importante. —E hizo un desmesurado gesto con la mano abierta. —¿El qué? —¡Todo esto! —Will paseó la mirada por las paredes del túnel, y después por el techo que tenían encima—. ¿No lo notas? Con cada palada, es como si viajáramos atrás en el tiempo. —Se detuvo, sonriendo—. Estamos donde no ha estado nadie durante siglos... o tal vez nunca. —¿Así que no tienes ni idea de lo que hay ahí? —preguntó Chester. —Absolutamente ni idea, pero no voy a rendirme por un cachito de piedra — contestó con decisión. 39