Tuneles Roderick Gordon 1 Túneles | Page 296

Roderick Gordon- Brian Williams
Túneles
Entonces Tam apoyó un pie en Crawfly y extrajo el machete. El styx se tambaleó sin desplazarse del sitio, como una marioneta suspendida de hilos invisibles, y sus labios formaron maldiciones sordas y entrecortadas.
Contemplaron cómo el styx, mortalmente herido, barboteaba un último gruñido ahogado dirigido a Tam, y cómo, tambaleándose hacia atrás, su cuerpo sin vida caía finalmente al suelo. Entre los styx corrieron murmullos de excitación. Parecían haberse quedado paralizados, sin saber qué hacer.
Tam no perdió el tiempo titubeando. Sujetándose el costado herido y haciendo una mueca de dolor, corrió hacia donde estaban Imago y los chicos. Esto puso en movimiento a los styx, que se adelantaron para rodear el cuerpo del compañero caído.
Tam iba ya delante de Imago y los chicos hacia un túnel del Laberinto. Pero apenas habían recorrido una pequeña distancia cuando se tambaleó y se apoyó en el muro. Jadeaba y sudaba a chorros. El sudor le corría por la cara, se mezclaba con la sangre de la herida y le caía al suelo por la rasposa barbilla.
— Los mantendré un rato a raya—-jadeó, volviendo la vista a la boca del túnel. Eso os proporcionará algún tiempo.
— No, yo me encargaré— dijo Imago—. Tú estás herido.— Yo estoy muerto— dijo Tam en voz baja.
Imago miró la sangre que brotaba del tajo abierto en el pecho de su amigo, y durante menos de un segundo, se miraron a los ojos. Cuando Imago le pasó su machete, estaba claro que la decisión había sido tomada.
—¡ No, tío Tam! ¡ Por favor, ven con nosotros!— rogó Cal con voz entrecortada por la emoción, comprendiendo lo que aquello significaba.
— Saldríamos perdiendo todos, Cal— dijo el hombretón, con una sonrisa lánguida y rodeándolo con un solo brazo. Se metió la mano bajo la camisa, tiró de algo que llevaba al cuello y se lo puso a Will en la mano. Era un colgante liso que tenía grabado un símbolo—. ¡ Tómalo!— dijo rápidamente—. Podría serte útil allí donde vas.— Soltó a Cal y se alejó un paso, pero entonces cogió a Will, sin dejar de mirar al pequeño—. Y no pierdas de vista a Cal, ¿ de acuerdo, Will?— Tam lo apretó con más fuerza—. Prométemelo.
Will estaba tan anonadado que antes de que pudiera encontrar las palabras, su tío se había alejado de su lado. Cal empezó a gritar, desesperado:
—¡ Tío Tam... ven... ven con nosotros...!
— Llévatelos, Imago— le dijo Tam mientras volvía a grandes zancadas hacia la boca del túnel, y al hacerlo veía acercarse al espantoso ejército styx.
Cal seguía llamando a su tío, y no mostraba ni la más leve intención de ir a ninguna parte, cuando Imago lo agarró por el cuello de la chaqueta y lo obligó a ir 296