Tuneles Roderick Gordon 1 Túneles | Page 291

Roderick Gordon - Brian Williams Túneles 36 Utilizando el brazo que aún podía mover, Will atacó con toda la fuerza de que era capaz, pero los nudillos del puño tan sólo arañaron la lona de una capucha. El hombre lanzó una maldición mientras él le asestaba otro golpe, pero esta vez su puño quedó apresado por una mano enorme que parecía de hierro y que sin esfuerzo alguno lo inmovilizó contra el muro. —¡Ya basta! —dijo el hombre entre dientes—. ¡Shhh! De pronto Cal reconoció la voz y se interpuso entre su hermano y su enmascarado atacante. Will no comprendía nada. ¿Por qué hacia eso? Muy débilmente, intentó lanzar otro golpe, pero aquel individuo lo paró enseguida. —¡Tío Tam! —gritó Cal con alegría. —¡Mas bajo! —respondió Tam. —¿Tam? —repitió Will, sintiéndose de pronto como un idiota, pero muy aliviado. —Pero... ¿cómo... cómo sabías que nosotros...? —balbuceó Cal. —Hemos estado vigilando desde que la huida se frustró —explicó su tío. —Pero ¿cómo sabíais que estábamos aquí? —insistió Cal. —Nos bastó con seguir la luz y el sonido. Aparte de a vosotros dos, ¿a quién más se le podía ocurrir semejante exhibición pirotécnica? Seguramente la habrán oído en la Superficie, y no digamos en la Colonia. —Fue idea de Will —respondió Cal—. Más o menos funcionó. —Más o menos —admitió Tam, observando con preocupación a Will, que se sujetaba contra el muro, con la goma de la máscara llena de agujeros y uno de los cristales de los ojos hecho añicos—. ¿Estás bien, chico? —Creo que sí —respondió él entre dientes, sujetándose el hombro empapado en sangre. Se sentía algo atontado, pero no sabía si era por las heridas, o a causa de la enorme alegría que sentía por que los hubiera encontrado Tam. —Sabía que no podrías quedarte tranquilo estando Chester aquí. 291