Tuneles Roderick Gordon 1 Túneles | Page 240

Roderick Gordon - Brian Williams Túneles —Al principio sí. Después bloquearon las entradas y las piedras que las señalaban se perdieron... La Ciudad Eterna quedó olvidada —dijo, resoplando ruidosamente a través del filtro del aire. Entonces volvió la vista atrás, nervioso, como si hubiera oído algo. Will siguió de inmediato la dirección de sus ojos, pero todo lo que pudo distinguir fue la forma de Bartleby en la penumbra, que caminaba impaciente de un lado a otro del túnel. Estaba claro que quería ir más aprisa que los dos chicos y de vez en cuando los pasaba a toda velocidad, pero luego se paraba a olfatear alguna grieta o el tramo de terreno que tenían ante ellos. A menudo, se ponía visiblemente nervioso y dejaba escapar un flojo lamento. —Al menos, los styx no nos encontrarán nunca en este lugar —dijo Will con confianza. —No estés tan seguro. Seguro que nos siguen —dijo Cal—. Y, además, todavía tenemos la división por delante de nosotros. —La... ¿qué? —La división styx. Son una especie de... bueno... de guardia de frontera —dijo Cal, buscando las palabras más adecuadas—. Patrullan la ciudad vieja. —¿Para qué? ¿Pensé que estaba vacía? —Se dice que están reconstruyendo zonas enteras y reforzando las paredes de la caverna. Se dice incluso que la Colonia podría trasladarse a la Ciudad Eterna, y corren rumores de que hay grupos de presos que son condenados a trabajar aquí como esclavos. Pero sólo son rumores, nadie está seguro de que sean ciertos. —Tam no me mencionó nada de que hubiera más styx —comentó Will sin tratar de disimular el miedo que se traslucía en su voz—. ¡Genial! —dijo enfadado, dándole una patada a una piedra. —Bueno, tal vez no pensó que fueran un problema. Pero teniendo en cuenta la manera en la que abandonamos la Colonia, ya es otra cosa, ¿no? Pero no te preocupes demasiado. Es un lugar muy grande, y sólo debe de haber unas pocas patrullas. —¡Maravilloso, qué tranquilizador! —replicó Will, imaginando qué sería lo que les esperaba más adelante. Siguieron andando durante varias horas, y al final tuvieron que bajar por una pendiente pronunciada en la que les resbalaban los pies en la arena roja hasta que llegaron por fin a una zona horizontal. Will sabía que si no se habían equivocado al seguir el mapa, tenían que estar saliendo del laberinto. Pero el túnel se estrechaba ante ellos, y parecía cegado al final. Temiendo lo peor, Will se adelantó corriendo, encorvándose para pasar por debajo del techo. Aliviado, vio que había un pequeño pasadizo a un lado. Esperó a Cal. Ambos se miraron con aprensión mientras Bartleby olfateaba el aire. Will dudó, pasando la 240