Tuneles Roderick Gordon 1 Túneles | Page 12

Roderick Gordon - Brian Williams Túneles —Sí, lo recuerdo —dijo Will, acordándose de la frustración de su padre y sus estallidos de furia. —¿Y quieres que vuelva a pasar? —Claro que no. —Bien, esta vez no voy a convertirme en una nota a pie de página. Prefiero que no lo sepa nadie. Esta vez no me lo robarán. ¿De acuerdo? Will asintió con la cabeza, haciendo que la luz del casco subiera y bajara por la pared. Su padre miró el reloj. —Tendríamos que ir pensando en volver. —Vale —respondió el muchacho de mala gana. El doctor Burrows percibió el descontento de su hijo en el tono de su voz. —No tenemos prisa. Podemos explorar el resto con calma mañana por la noche. —Sí, ya lo sé —dijo Will con poco entusiasmo, yendo hacia la puerta. Su padre le dio en el duro casco unas palmadas de afecto mientras salían de la oficina. —Ha sido un gran hallazgo, Will, hay que reconocerlo. La compensación de todos estos meses de excavación, ¿no te parece? Volvieron sobre sus pasos y, tras echar una última mirada al andén, se metieron por la abertura. Seis metros más allá, el túnel se ensanchaba de manera que podían caminar uno al lado del otro. Si bien el doctor Burrows se encorvaba ligeramente, el túnel era lo bastante elevado para que pudiera caminar erguido. —Tenemos que doblar el número de cinchos y puntales —dijo el doctor Burrows, observando las tablas por encima de sus cabezas—. Porque en lugar de uno cada metro, como dijimos, hemos ido poniendo uno cada dos metros. —Desde luego, papá —respondió Will, sin convencimiento. —Y hay que sacar esta tierra de aquí —prosiguió su padre, pisando con la bota un montón de barro que había en el suelo del túnel—. Es la única manera de ganar un poco de espacio. —Sí, claro —contestó Will distraído, sin ganas de hacer nada al respecto. Con mucha frecuencia, la emoción que sentía por el descubrimiento le hacía olvidar las medidas de seguridad que su padre intentaba establecer. Lo que le apasionaba era excavar, y lo último que le apetecía era perder el tiempo en «labores del hogar», como las llamaba su progenitor. De todos modos, éste raramente le ayudaba a cavar, y sólo aparecía cuando tenía uno de sus presentimientos. 12