Tuneles Roderick Gordon 1 Túneles | Page 101

Roderick Gordon- Brian Williams
Túneles
—¿ De qué se trata, muchacho?— preguntó Clarke Júnior, mirándolo. El chico se había incorporado y, situado enfrente de uno de los escaparates, repasaba la calle de una punta a otra.
—¿ Qué es ese peligro que ha pasado?— saltó Clarke Mediano, como un muelle.
—¡ A tus papeles!— ordenó Clarke Júnior con voz de maestra enfadada, pero su hermano siguió mirando por encima del mostrador.
— Eh... sólo son unos chavales— mintió Will—. Nos perseguían.
— Los niños siempre serán niños— dijo Clarke Júnior con una risita tonta—. Por favor, transmítele mis recuerdos a tu hermana, la señorita Rebecca. Tiene tan buen ojo para el género de calidad... Es una joven con talento.
— Se los daré— dijo Will, asintiendo y obligándose a sonreír—. Muchas gracias por esto, señor Clarke.
— No es nada.
— Esperamos que tu padre vuelva pronto— dijo Clarke Mediano con pesar—. No os preocupéis: estas cosas suceden de vez en cuando.
— Sí... es como lo de ese chaval, Gregson... Qué terrible— dijo Clarke Júnior con una mirada de complicidad y un suspiro—. Y el año pasado fue la familia Watkins.— Al decirlo, parecía como si los estuviera viendo, en un punto situado entre los calabacines y los pepinos—. Qué buena gente. Nadie les ha visto el pelo desde que...
— No tiene nada que ver, nada que ver...— interrumpió con brusquedad Clarke Mediano, antes de toser—. No creo que sea el momento de acordarse de eso, Júnior. No creo que sea muy reconfortante para el chico, dada la situación.
Pero Júnior no escuchaba. Estaba en vena y no iba a parar. Con los brazos cruzados y la cabeza inclinada, había adquirido el aspecto de una de las viejas con las que cotilleaba habitualmente.
— Porque cuando entró la policía, eso era como lo del Marie Celeste 3. Las camas deshechas, los uniformes del colegio de los niños preparados para el día siguiente, pero ellos no aparecieron por ningún lado, ninguno de ellos. La señora Watkins había dejado encargado medio kilo de judías verdes, si no recuerdo mal, y un par de sandías. Pero no aparecieron por ningún lado.
—¿ Qué... las sandías?— preguntó Clarke Mediano muy serio.— No, tontorrón: la familia— explicó Clarke Júnior poniendo los ojos en blanco.
En el silencio que siguió, los ojos de Will iban de Clarke Júnior a Clarke Mediano, que dirigía a su apenado hermano una mirada asesina. Empezaba a sentirse como Alicia al traspasar el espejo.
3 Barco estadounidense que apareció en la costa de Portugal en 1872, sin nadie a bordo.( N. del T.)
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