12 .° grado
Cuentos de la Guerra Grande
Rendida a la impotencia
“¡ Déjala ir !” gritaba mi hijo . La lucha ya era inservible , íbamos entrando al quinto año de guerra , las fuerzas iban acabando , y cada vez aparecían más hombres del ejército brasilero llevando a mujeres paraguayas . Lo único en lo que podía pensar era en lo último que me quedaba de la guerra , Jorge , mi hijo de 7 años , que estaba luchando por mi vida y por la suya . En el momento que escuché su grito , mire a mi derecha y lo vi tratando de luchar contra el hombre que estaba tratando de violarme . Traté de decirle que huya , porque yo ya sabía lo que me esperaba , y no quería que él lo presenciara . Jorge tomó del brazo al soldado brasilero que me sostenía , y este respondió tomando su cuchillo y lo clavó directo en su cuello . Jorge cayó al piso y quedó inmóvil . Mi corazón paró , solté un grito de lo más profundo de mi corazón . El soldado tiró mi cuerpo al piso , pero yo seguía luchando con la fuerza que me quedaba para poder sostener a mi hijo , mientras él respiraba por última vez . Luchar no sirvió de mucho , ya que el salvaje me seguía golpeando para mantenerme quieta . Al décimo golpe , mi cuerpo ya no respondía . Dejé de luchar física y mentalmente , ya que lo más preciado de mi vida estaba tirado y ya sin aliento a mi lado . Sentía como el soldado iba forzándose sobre mí , tomando mis brazos para mantenerme quieta contra el piso . Luego venía otro , y otro , y otro , hasta que ya mi conciencia dejó de funcionar . Miré a mi alrededor totalmente rendida , y pude ver como el resto de las mujeres que quedaban estaban sufriendo el mismo destino que el mío . Ya débil y sin fuerzas , sentía caer mis párpados , y de a poco empezaba a perder el conocimiento , hasta que ya no fui más que un cuerpo tirado y abusado en el medio de un una ciudad devastada .
Victoria Zavala .
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Travesía • revista estudiantil