Travesías didácticas Nº 32 • Mayo 2020 | Page 32

Entre las modas con globitos de colores... Laura Pitluk Cabe mencionar que las modas en general deslucen a la educación y a lo escolar, confunden, y en general no son aceptadas por lo cual se presentan como obligaciones a fin de poder ser establecidas. Dos menciones especiales: 1. La educación emocional. 2. Los Escenarios o Espacios lúdicos ¿o didácticos? La educación emocional: ¿desde qué enfoque pedagógico consideramos que las emociones se trabajan de manera separada entre sí y de los otros aspectos que estamos desarrollando? Si pensamos en que la educación en general y el Nivel Inicial en especial deben abordar la enseñanza de los conocimientos de la manera lo más articulada e integrada posible y, como ya dijimos en este artículo, sostener la enseñanza en lo afectivo y vincular… ¿de dónde surge la idea de realizar propuestas que aborden de forma diferenciada lo emocional y las emociones? ¿Desde qué mirada se trabajan -como si esto fuera poco- con ejercicios específicos (incluidas caritas estereotipadas) en lugar de imbricarlas en cada propuesta que se realiza abordando en todas ellas los valores, los derechos, las emociones, en relación con lo que se está trabajando? Todos sabemos las respuestas… quedan abiertas otras preguntas… Los Escenarios o Espacios lúdicos ¿o didácticos?: ¿son una nueva opción o una mención, relativamente nueva, de actividades exploratorias que ya se realizaban? Entonces ¿no debieran definirse como secuencias didácticas y planificarse considerándolo? ¿son las únicas propuestas que implican la generación de la ambientación, la preparación de los espacios y materiales, la organización de los “sitios y zonas” escolares y áulicos a fin de fortalecer las propuestas? Si es así ¿por qué serían espacios lúdicos y no didácticos? ¿las propuestas de literatura, expresión corporal, ciencias naturales…no necesitan la preparación previa y creativa de sus ámbitos de desarrollo? ¿son válidos como únicas oportunidades de repensar y recrear las propuestas educativas y alejarnos de lo tradicional y estereotipado? ¿son valiosos porque asientan su importancia en la “no intervención” docente cuando sabemos de la riqueza que imprime una “buena inclusión” en las actividades -jamás únicas sino adecuadas a cada situación- siempre que favorezca y no irrumpa? ¿deben estar incluidos en nuestros formatos de organización de las planificaciones (unidades didácticas, proyectos secuencias didácticas) o en la presentación de las actividades cotidianas (por ejemplo, de recibimiento) o en los momentos de juego libre/espontaneo? Nuevamente… todos sabemos las respuestas…quedan abiertas otras preguntas… Quiero a su vez destacar que a lo largo de la historia, casi como un ritual de lo pedagógico que tanto nos critican las otras profesiones, la inclusión de nueva terminología así como los 30