Travesías didácticas Nº 32 • Mayo 2020 | Page 33

cambios de denominaciones son moneda corriente cercanas a las modas que se van incorporando; haciéndome cargo de haber sido participe, casi sin darme cuenta, de muchas de estas modificaciones y adquisiciones de nuevas terminologías, quiero defender la idea de la necesidad de ponerle nombre a las cosas y también de ir adecuando esos nombres a los cambios que se van sucediendo cuando vamos encontrarnos nuevos modos de denominar, en general más adecuados a su razón de ser o a las permutaciones que fueron vivenciando en sus definiciones; sin embargo, y retomando el planteo que escucho de tantos docentes, en demasiadas oportunidades -aunque no siempre- estas modificaciones se ponen al servicio de las modas y asumen nombres diferentes para lo mismo -que se deben incorporar para pertenecer y “estar al día”- incluyendo complicaciones más que alivio y comprensión a los educadores y a las instituciones. Es este camino se hace necesario presentar el lugar de los Diseños Curriculares, esos importantes documentos que explicitan los proyectos educativos de una provincia o jurisdicción, contextualizando lo planteado a nivel de la Nación; en esta escala de especificación curricular a partir de dicha contextualización se plasman los diferentes Proyectos Institucionales / Proyectos Educativos Institucionales / Proyectos Escuela, que presentan las adecuaciones a la identidad de cada institución. Los documentos curriculares cobran vida en las escuelas y en las aulas, pero son fieles (o debieran serlo) a los enfoques didácticos y a la ideología que los mismos sustentan y que se refleja en su marco teórico, en la organización que presenta sobre los contenidos/saberes/conocimientos, en los lineamientos para las propuestas educativas. Es por esto que en la actualidad nos encontramos con cuestiones contradictorias en estos sentidos. que producen que algunos diseños curriculares entren y salgan de las escenas escolares en función de las decisiones político-educativas de la nación y de las diversas regiones. De todas formas, tanto en los Diseños Curriculares como en las planificaciones no importa la forma sino el fondo, o sea, se pueden organizar de diferentes maneras posibles, pero no debieran contradecir las decisiones acerca de lo escolar, la enseñanza, el aprendizaje, la docencia, las infancias... “Sabemos que tanto en las elecciones de las actividades como en las intervenciones que realizamos durante las mismas ponemos de manifiesto determinados valores (escucharespeto-comprensión-mirada-aliento…) o contravalores (silencios- desprestigios-privilegiosdesánimos-desalientos…) siempre desde nuestra peculiar mirada seguramente con otros; reconocemos que nuestras actitudes como educadores responsables de los procesos dejan huellas imborrables en nuestros alumnos y sus posibilidades.” 7 7 Pitluk, Laura en García, Mirta (coordinadora) y otros. “Educación ambiental en el Nivel Inicial”, (2020), Homo Sapiens. Rosario. En imprenta. 31