cambios de denominaciones son moneda corriente cercanas a las modas que se van
incorporando; haciéndome cargo de haber sido participe, casi sin darme cuenta, de muchas
de estas modificaciones y adquisiciones de nuevas terminologías, quiero defender la idea de
la necesidad de ponerle nombre a las cosas y también de ir adecuando esos nombres a los
cambios que se van sucediendo cuando vamos encontrarnos nuevos modos de denominar,
en general más adecuados a su razón de ser o a las permutaciones que fueron vivenciando
en sus definiciones; sin embargo, y retomando el planteo que escucho de tantos docentes, en
demasiadas oportunidades -aunque no siempre- estas modificaciones se ponen al servicio de
las modas y asumen nombres diferentes para lo mismo -que se deben incorporar para
pertenecer y “estar al día”- incluyendo complicaciones más que alivio y comprensión a los
educadores y a las instituciones.
Es este camino se hace necesario presentar el lugar de los Diseños Curriculares, esos
importantes documentos que explicitan los proyectos educativos de una provincia o
jurisdicción, contextualizando lo planteado a nivel de la Nación; en esta escala de
especificación curricular a partir de dicha contextualización se plasman los diferentes
Proyectos Institucionales / Proyectos Educativos Institucionales / Proyectos Escuela, que
presentan las adecuaciones a la identidad de cada institución. Los documentos curriculares
cobran vida en las escuelas y en las aulas, pero son fieles (o debieran serlo) a los enfoques
didácticos y a la ideología que los mismos sustentan y que se refleja en su marco teórico, en
la organización que presenta sobre los contenidos/saberes/conocimientos, en los lineamientos
para las propuestas educativas. Es por esto que en la actualidad nos encontramos con
cuestiones contradictorias en estos sentidos. que producen que algunos diseños curriculares
entren y salgan de las escenas escolares en función de las decisiones político-educativas de
la nación y de las diversas regiones.
De todas formas, tanto en los Diseños Curriculares como en las planificaciones no
importa la forma sino el fondo, o sea, se pueden organizar de diferentes maneras
posibles, pero no debieran contradecir las decisiones acerca de lo escolar, la
enseñanza, el aprendizaje, la docencia, las infancias...
“Sabemos que tanto en las elecciones de las actividades como en las intervenciones que
realizamos durante las mismas ponemos de manifiesto determinados valores (escucharespeto-comprensión-mirada-aliento…)
o contravalores (silencios- desprestigios-privilegiosdesánimos-desalientos…)
siempre desde nuestra peculiar mirada seguramente con otros;
reconocemos que nuestras actitudes como educadores responsables de los procesos dejan
huellas imborrables en nuestros alumnos y sus posibilidades.” 7
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Pitluk, Laura en García, Mirta (coordinadora) y otros. “Educación ambiental en el Nivel Inicial”, (2020), Homo Sapiens.
Rosario. En imprenta.
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