María del Mar Benítez, Joaquín Ceuppens y Ana Paula González - 12.° grado
Recuerdos de guerra
Querida madre:
Ha pasado tanto tiempo y me disculpo por no escribirte más. Me imagino que
la incertidumbre sobre si sigo vivo ha de ser una vil tortura. Escribo hoy, 4 de no-
viembre de 1866, para decir que estoy bien. Desde tu última carta del 12 de marzo
han acontecido varios eventos. Los extraño mucho, al igual que esa tranquilidad
que regía por nuestras tierras. Anhelo con ansias algún día volver a casa.
El 2 de mayo, en un ataque sorpresa, caímos sobre los aliados en Estero
Bellaco, donde se encontraba el perverso Venancio Flores, quien casi cayó pri-
sionero. Esa batalla terminó en un empate, ya que aparentemente ambos ban-
dos tuvimos la misma cantidad de bajas. Ahí perdimos a nuestro querido primo
José, quién demostrando gran valentía, fue linchado por soldados uruguayos.
Menciónale a tía Aurora que recibió un entierro digno y cristiano cómo él había
deseado. De allí, marchamos unos pocos kilómetros hasta Tuyutí, lugar que los
enemigos ocuparon para evitar sorpresas, ya que estaba limitado al este por
palmares y al oeste por una espesa selva.
He estado reflexionando mucho, querida madre, sobre nuestro destino. He
presenciado sangrientas batallas, atravesado sedientos días y hambrientas no-
ches, visto a mis amigos morir y padecer los peores males. La incertidumbre de
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Travesía • revista estudiantil