Travesía 2019 3 | Page 57

no saber si vivirás otro día me persigue cómo un verdugo. Con el paso de los días, las tareas que debemos cumplir en el frente de batalla se van volviendo cada vez más duras y cansadoras. Cada día vemos cómo nuestros hermanos mueren dejando atrás hijas, esposas y madres indefensas a merced de los alia- dos. Con el pasar del tiempo se vuelve más difícil escribirte, pues cada vez tengo menos tiempo. Debemos estar preparados para cualquier ataque aliado, ya que pueden aparecer por sorpresa. En pleno día, ayer 3 de noviembre, contemplé el mismísimo infierno. Jamás imaginé ver tanto caos en un solo lugar. Se formaron cuatro columnas, diri- gidas por los flamantes generales Resquín, Barrios, Marcó y Díaz. Fui asignado para acompañar al Gral. Barrios. Recibimos órdenes de parte del Mariscal para realizar un ataque sorpresa, pero por errores de cálculo esto no sucedió. Peleé con tanta furia que me sentía invencible. Gallardamente luché contra varios soldados, brasileños, uruguayos y argentinos. Todos padecieron ante mi espada. Muchos de mis camaradas no tuvieron la misma suerte. En el horizonte no se podía ver nada más que soldados aliados. No te imaginas madre, ver a tantos hombres jóvenes correr hacia su repentina y valiente muerte. La tierra parecía llorar ríos de sangre y retumbaban los gritos de dolor y el ruido de las espadas a través de todo el campo. La cruel batalla pareció ser una contienda sin fin. De los aproximadamente veinticinco mil soldados que fuimos a batallar, no volvieron seis mil y también tuvimos cerca de siete mil heridos luego de la contienda. Además, perdimos a treinta oficiales. En cambio, los aliados tuvieron más suerte, teniendo menos bajas al igual que menos heridos. Se esparcen los rumores de que perdimos lo mejor de nuestro ejército. Pero existe algo bien claro, lo que vivimos el día de ayer será algo que debemos cargar sobre nuestros hombros por el resto de nuestras vidas. Ha pasado solamente un día de lo ocurrido y mi conciencia me persigue. Bebo caña, al igual que muchos otros, para olvidar las atrocidades que cometí y lamentar la caída de mis compatriotas. Madre, te suplico que no te preocupes por mí ya que si no retorno significa que lo he dejado todo en combate, en honor a nuestra querida patria. Estaré tranquilo al saber que morí defendiendo la bandera paraguaya hasta mi último aliento. Con mucho amor, Tu hijo Pedro B ibliografía - D e L ópez M oreira , M ary M onte . H istoria D el P araguay . S ervi L ibro , 2013. - G onzález , B eatriz . “L a B atalla D e T uyutí - E dicion I mpresa .” ABC COLOR, ABC D igital , 9 D ec . 2018, www . abc . com . py / edicion - impresa / suplementos / cultural / la - batalla - de - tuyuti -1484230. html . - B urton , R ichard F. C artas D esde L os C ampos D e B atalla D el P araguay . L ibrería “E l F oro ”, 1998. - L ópez , F rancisco S. “FRANCISCO SOLANO L.” P ortal G uarani , www . portalguarani . com /463_ francisco _ solano _ lopez /11172_ ultima _ carta _ del _ mariscal _ a _ su _ hijo _ emiliano __ por _ francisco _ solano _ lopez . html Travesía • revista estudiantil 57