entre las dos obras en cuanto a los elementos visuales que
presentan, la figura de la mujer, y el rol de la misma en la
guerra. Ambos artistas llegan a una conclusión similar. La
mujer paraguaya es una víctima esclavizada por la guerra,
pero también es la valiente madre quien sacrifica su ser
para reconstruir la nación.
La figura de la mujer paraguaya no existe sin su con-
texto social. La devastación que dejó la guerra sirve como
telón de fondo para la mujer paraguaya. Carranza resalta
esto con un polipote: “Imagen de tu patria desolada,/ahí
vas, con paso desolado, incierto/resto de otra mujer” (1-
3). Blanes utiliza colores para crear un paisaje austero y
sombrío. Los colores de la pintura son desaturados, in-
dicando un paisaje lleno de polvo, iluminado por una luz
débil. En el fondo se pueden ver varios hombres muertos
sin caras discernibles, otorgando anonimato y universa-
lidad a la muerte. Esto se traduce en el poema como un
hipérbole, “sobre el campo de muertos alfombrados” (20),
que ilustra la magnitud de la matanza. La frecuencia de la
muerte también se encuentra en la reduplicación de la in-
terrogación retórica: “¿Era el padre?… ¿era el hijo?… ¿era
el esposo?…”(16), transmitiendo un tono desesperado. Así,
ambos autores crean un consistente ambiente visual de
desolación en donde se encuentra la mujer paraguaya.
En ambas obras, la mujer paraguaya ocupa el primer
plano. La composición de “La paraguaya” resalta la postu-
ra del modelo. La mujer tiene una postura triste, melancó-
lica, con las manos juntas y la cabeza baja. Es sumisa, re-
signada, viviendo en “silencio, soledad y servidumbre”(63).
Aquí, Carranza utiliza la aliteración para representar a una
voz poética que se desvanece, creando un sentimiento de
incertidumbre profundo. La mujer en la pintura de Blanes
tiene el hombro desnudo, evocando vulnerabilidad, un es-
tado que es resaltado con el asíndeton “huérfana, madre
solitaria, viuda”(13), demostrando que aunque hay mu-
chas mujeres diferentes, todas son víctimas de la guerra.
Tanto la postura como la vestimenta de la mujer en “La
paraguaya” logran generar una reacción profundamente
emocional, que se refleja en el poema a través de una
serie de lamentos:
¡Ay! Un pueblo feliz en la derrota
¡Ay del pueblo que a lid retó al imperio!
¡Ay la viuda del paria, la hembra ilota!
¡Ay que ese llanto que en sus ojos brota
ha de templar su sed en cautiverio!… (36-40)
Aquí, Carranza utiliza la anáfora para generar
un tono desesperado y miserable, enfatizando la figura
trágica de la mujer.
Parte de la tragedia de la mujer paraguaya es la in-
mensa responsabilidad que cae sobre ella. La mujer es la
única superviviente de la guerra, y debe reconstruir la
nación. En la pintura de Blanes, el paisaje está cubierto
de tonos ocres y grises, contrastando con la pureza del
rojo, blanco y azul de la faja de la mujer. Aunque la mujer
es símbolo de tragedia, también es símbolo de esperan-
za. Aunque ella tiene una postura resignada, su mirada
cae sobre tres objetos: la bandera, el libro y la escopeta,
elementos que simbolizan la reconstrucción de la nación.
Por el contrario, el poema carece de una representación
positiva. El pesimismo de Carranza solamente sugiere el
futuro rol de la mujer como madre de la nación, enfocán-
dose más sobre la responsabilidad actual y el peso de la
guerra sobre la mujer. “¡Guay! Víctima expiatoria sin de-
litos,/ahogando acaso en la garganta/el grito que podría
turbar a tus señores”(8-10). Esta frase, que se repite otra
vez al final del poema, personifica la angustia de la mu-
jer, ilustrando su fortaleza y abnegación. La valentía de la
mujer, entonces, no proviene de la pelea o la resistencia,
sino en la valerosa aceptación de su nuevo deber.
Los artistas uruguayos José Carranza y Juan Blanes re-
presentan a la mujer paraguaya como una figura trágica
que simboliza la destrucción del Paraguay tras la Guerra
Grande. Se encuentran grandes similitudes entre las dos
obras en cuanto a la contextualización de la mujer y la
figura femenina en sí. Sin embargo, no concuerdan en la
representación del futuro rol social de la mujer, aunque
ambos resaltan las enormes responsabilidades que ago-
bian a las mujeres. La mujer paraguaya es una víctima y
una esclava, es abandonada y desgraciada. La mujer para-
guaya es la misma patria paraguaya.
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Travesía • revista estudiantil
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