Marco Portieles - 9.° grado
El sonido de aquel silencio
La lluvia caía por la ventana de su estudio, mientras que
Pedro Juan, sentado con los pies sobre la mesa, observaba
anonadado su ventana. Se escuchaba cómo pasaban las ho-
ras en su reloj de cuco que había comprado en su anterior
visita a España. Las piernas del hombre se movían al com-
pás de una música, música cuya letra también tarareaba sin
parar. Era como si el cuerpo del hombre estuviera presente,
pero su mente no. ¿En qué estaría pensando? ¿Qué era tan
importante que atosigaba la cabeza del sujeto? “La vida o la
muerte...Vida o muerte” repetía una y otra vez Pedro Juan.
En eso sonó el teléfono que tenía sobre el escritorio. Inme-
diatamente, como si su vida dependiera de ello, contestó. “El
golpe no salió, tu identidad fue revelada”, dijo rápidamente
una voz grave y profunda. Pedro Juan sonrió y dejó caer
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Travesía • revista estudiantil