tradiciones y costumbres | Page 16

-¿De modo que eres una vagabunda? -No, señor, porque acompaño a Pablo. -¿Y quién es Pablo? -Ese señorito ciego, a quien usted encontró en la Terrible. Yo soy su lazarillo desde hace año y medio. Le llevo a todas partes; nos vamos por esos campos paseando. -Parece buen muchacho ese Pablo. La Nela se detuvo otra vez mirando al doctor. Con el rostro resplandeciente de entusiasmo, exclamó: -Me gusta tu amo. ¿Es de este país? -Sí, señor, es hijo único de D. Francisco Penáguilas, un caballero muy bueno y muy rico que vive en las casas de Aldeacorba. Marianela -¡Madre de Dios! Es lo mejor que hay en el mundo. ¡Pobre amito mío! Sin vista tiene él más talento que todos los que ven. -Dime ¿y a ti por qué te llaman la Nela? ¿Qué quiere decir eso? La muchacha alzó los hombros. Después de una pausa, repuso: -Mi madre se llamaba la señá María Canela; pero le decían Nela. Dicen que este es nombre de perra. Yo me llamo María. -Mariquita. -María Nela me llaman y también La Hija de la Canela. Unos me dicen Marianela, y otros nada más que la Nela. -¿Y tu amo, te quiere mucho? -Sí, señor, es muy bueno. Él dice que ve con mis ojos, porque como le llevo a todas partes y le digo cómo son todas las cosas... -Todas las cosas que no puede ver. El forastero parecía muy gustoso de aquel coloquio. © RinconCastellano 1997 – 2011  www.rinconcastellano.com 15