tradiciones y costumbres | Page 15

juntos... y cuando iba a farolear me llevaba en el cesto, junto con los tubos de vidrio, las mechas, la aceitera... Un día dicen que subió a limpiar el farol que hay en el puente; puso el cesto sobre el antepecho, yo me salí fuera y caíme al río. -¡Y te ahogaste! -No, señor; porque caí sobre piedras. ¡Divina Madre de Dios! Dicen que antes de eso era yo muy bonita. -Sí; indudablemente eras muy bonita -afirmó el forastero con el alma inundada de bondad-. Y todavía lo eres... Pero dime otra cosa. ¿Hace mucho tiempo que vives en las minas? Marianela -Dicen que hace tres años. Dicen que mi madre me recogió después de la caída. Mi padre cayó enfermo, y como mi madre no le quiso asistir, porque era malo, él fue al hospital donde dicen que se murió. Entonces vino mi madre a trabajar a las minas. Dicen que un día la despidió el jefe porque había bebido mucho aguardiente... -Y tu madre se fue... Vamos, ya me interesa esa señora. Se fue... -Se fue a un agujero muy grande que hay allá arriba -dijo Nela, deteniéndose ante el doctor y dando a su voz el tono más patético- y se metió dentro. -¡Canario! ¡Vaya un fin lamentable! Supongo que no habrá vuelto a salir. -No, señor -replicó la Nela con naturalidad-. Allí dentro está. -Después de esa catástrofe, pobre criatura -dijo Golfín con cariño-, has quedado trabajando aquí. Es un trabajo muy penoso el de la minería. Tú estás teñida del color del mineral; estás raquítica y mal alimentada. Esta vida destruye las naturalezas más robustas. -No, señor, yo no trabajo. Dicen que yo no sirvo ni puedo servir para nada. -Quita allá, tonta, tú eres una alhaja. -Que no señor -dijo Nela insistiendo con energía-. Si no puedo trabajar. En cuanto cargo un peso pequeño, me caigo al suelo. Si me pongo a hacer alguna cosa difícil en seguida me desmayo. 14 -Todo sea por Dios... Vamos, que si cayeras tú en manos de personas que te supieran manejar, ya trabajarías bien. -No, señor -repitió la Nela con tanto énfasis como si se elogiara-; si yo no sirvo más que de estorbo. © RinconCastellano 1997 – 2011  www.rinconcastellano.com