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también propositiva, con capacidad para emplazar a las autoridades a un continuo
perfeccionamiento y evaluación de su gestión”.133
No se puede concebir la intervención del Trabajador Social en el ámbito
Municipal (Programas de Adulto Mayor) con los Adultos Mayores, sin la
participación de dicho segmento etáreo en las decisiones que a ellos mismos les
afectan, pues la intervención, según el planteamiento del presente estudio, supone
sujetos en interacción, de ello se desprende que el Trabajador Social no impone su
acción sobre la población con la que interviene, sino que interactúa con ella, y en
conjunto se elabora la acción social para el mejoramiento de la calidad de vida de este
grupo: los proyectos de intervención se elaboran entonces, en conjunto.
La acción colectiva requiere la presencia de un cierto número de personas
cuyos comportamientos se determinan recíprocamente, “el proceso de participación
es la capacidad real y efectiva de un grupo, de tomar decisiones sobre asuntos que
directa o indirectamente afectan sus actividades en la sociedad”.134
En este sentido, los Adultos Mayores tienen mucho que aportar en la toma de
decisiones sobre acciones que les afectarán en forma directa como grupo etáreo sobre
el cual se aplican políticas constantemente (por prioridad del gobierno). La labor del
Trabajador Social en éste ámbito, debería
apuntar a
incentivar a los Adultos
Mayores a participar en la toma de decisiones sobre las acciones que ellos desean
realizar, para actuar sobre lo que ellos consideren más urgente, y velar por la no
imposición de actividades a los Adultos Mayores.
“La participación dentro de
un marco social democrático constituye una
forma de organizar la sociedad, de tal manera que a cada individuo se le reconoce el
derecho y el deber de aportar al proceso en el que se toman las decisiones más
significativas”.135
La participación se concreta en “acciones de personas involucradas,
comprometidas efectiva y afectivamente con una comunidad o grupo, en el cual se
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Flishfish, A; “Algunos problemas conceptuales en el análisis de la participación”.
Gyarmati, G.; 1988. P. 235.
Maldonado, V.; 1991. P. 7.