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para todos (...) interviene directamente sobre los problemas, necesidades y demandas
sociales de personas, grupos y comunidades. Aporta una combinación de recursos de
distinta naturaleza y aborda simultáneamente objetivos de tipo educativo,
organizativo, y los relacionados con problemas o enfrentamiento de necesidades, su
estrategia de intervención se lleva a cabo planificadamente, es decir, en cada acción
hay un diagnóstico, programación, ejecución y evaluación”.92
Abordar la intervención profesional en forma planificada evita el separar la
acción intelectual de la acción práctica, pues la intervención es producto de un
proceso de planificación que se lleva a cabo mucho antes de desarrollar la acción
concreta, porque toda intervención debería articular el saber y el hacer.93
El trabajo social planifica, pero también improvisa, generando nuevas formas
de “hacer.” La improvisación puede ser una ventaja y una necesidad dada por la
originalidad de cada persona, grupo y comunidad con las que se trabaja, ya que cada
uno posee características que lo definen y lo diferencian como único e irrepetible, a
las cuales el trabajador social
responde según su creatividad,
(la creatividad
entendida como “el proceso por el cual un individuo o grupo, ubicado en una
situación dada, elabora un producto nuevo u original adaptado a las limitaciones y a
la finalidad de la situación” (Abric-Claude en Moscovici S;1984, p.19394).
La improvisación es vista por Schön como la acción que se enmarca dentro de
lo llamado por él como “arte profesional”, entendiendo por arte el tipo de
competencia que los prácticos muestran ante situaciones únicas y complejas. Este
arte es una forma de “ejercicio de la inteligencia,” que se sitúa en el aprender
haciendo, es decir, en aquellas acciones que permiten la admiración y la sorpresa al
extraer de ella antecedentes que antes no fueron percibidos ni por el profesional ni
por el grupo de sujetos involucrados en la intervención (Schön, D;.1992). Según lo
anterior, la planificación está sujeta a cambios y la improvisación enriquece el
quehacer profesional, conlleva a generar nuevas formas de hacer que si se
sistematizan generan un conocimiento práctico.
92
Sánchez, D., Valdés, X., 1989. P.65.
“...La planificación construye la acción anticipadamente en el pensarla...”. Zúñiga, Ricardo; 1996;
p.42.
94
Cfr. Aguayo, C.; 1990, p. 101.
93
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