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su acción. La práctica del trabajo social es una práctica de valores y presenta fuertes
conflictos éticos.
Schwartz afirma que la intervención de los trabajadores sociales está
condicionada por tres tipos de límites: las normas de la sociedad, la función de la
institución que nos contrata y el tipo de servicio pactado con un determinado sujeto,
grupo o comunidad.83 Estos condicionamientos promueven un conflicto de valores
por ejemplo: conflicto entre valores personales, valores profesionales y valores de la
institución en las que realiza su labor el trabajo social.
Se parte de la base que existe conflicto valórico dado por la misma escasez de
recursos y las necesidades múltiples; por el cambio cultural al cual se está
enfrentando el profesional, al querer transformar una realidad como es la del adulto
mayor. Puede considerarse, a su vez, no tener la intención de provocar cambio en este
ámbito, pero se está obligado por la institución en la que se encuentra, por la línea
política del municipio en que se está inserto y el gobierno que administra el Estado.
No se puede desconocer esta tensión del quehacer profesional, explicitar
cuales son los valores que iluminan la intervención permite disminuir los prejuicios,
mantener un mayor compromiso y fidelidad hacia sí mismo, como persona y
profesional. Permite claridad con quienes se trabaja.
1.3
LOS PROFESIONALES REFLEXIVOS:
La reflexión, como se definió anteriormente, “es pensar y pensar es nombrar,”
es el punto de partida para organizar los saberes a partir del lenguaje ya sea en forma
escrita u oral y de esa forma transformar en acción comunicable.
Cotidianamente el profesional enfrenta problemas que a lo largo del tiempo
adquieren un carácter rutinario (que conduce al desgaste profesional). Pero pueden
83
Cfr. en Escartín, María José, 1992. P 12.