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En el proceso de intervención se establecen relaciones con otros que deberían
asegurar la dignidad, individualidad y autodeterminación de todos. Las personas
deben ser tratadas con humanidad y justicia.
La intervención no es posible comprenderla como una simple enumeración de
lo que se hace y lo que se sabe, ambos conceptos forman parte de un mismo proceso.
La intervención profesional no es un hacer alejado del pensar, la acción que
realiza el Trabajador Social es reflejo de ese pensar, es reflejo de su ser persona: que
involucra su historia, su experiencia, sus opciones valòricas, su ser moral.
Difícilmente podría el ser humano actuar en forma dividida, actuando en forma
aislada de sus afectos, valores, miedos, gustos, de su fe, entre otras cosas que conforman
la vida humana. El profesional busca develar en el proceso de interacción con otros,
cómo influyen todos estos elementos tanto exteriores como interiores en la intervención,
sumándose a ello las reperesentaciones sociales (forma de concebir el mundo que está
mediatizada por las estructuras sociales dominantes y que es transmitida a través de
generaciones) que se encuentran en la conciencia de los profesionales y que constituyen
los “modelos de representación” colectivos de los trabajadores sociales.62
Al intentar definir la intervención se estableció la articulación permanente entre
el pensar y el hacer, por lo que se entenderá que toda intervención es un proceso
intencionado. “La intencionalidad se atribuye a la síntesis que el profesional efectúa
entre el cuerpo de conocimiento disciplinario, el oficio profesional y el saber adquirido
de la experiencia: en correspondencia con las exigencias de la situación práctica.”63
Este aspecto más subjetivo64 de la intervención, del que muy pocos profesionales
hablan o escriben, es el que rescata el saber práctico. Los conflictos que se presentan en
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Cfr. Aylwin, N.; 1980. P.7
Ver Hermenéutica colectiva en Capítulo III: Marco Metodológico.
Mendoza, J y otros; 1997. Pp..37.
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Más subjetivo no quiere decir individualista, pues si bien la intervención profesional la realiza una
persona, dicha intervención es mediatizada por las representaciones sociales que están presentes en
las estructuras de conciencia de los profesionales y que orientan la intervención haciéndola social.
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