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construcción implica la consideración de componentes éticos, de orden institucional,
sociales, interpretaciones de la realidad, etc. “Nuestra tendencia a pensar que los
artistas crean cosas y los profesionales que pertenecen a otras ramas se ocupan de las
cosas tal como estas les vienen dadas es un error. Asumir una perspectiva
constructivista de una profesión nos lleva a comprender a los profesionales de la
práctica como artífices del mundo: su vagaje les proporciona estructuras que les
permiten formarse ideas coherentes de las cosas e intrumentos con los que imponer
sus representaciones en las situaciones de su práctica. Desde esta perspectiva, un
profesional de la práctica es, al igual que un artista, un creador de cosas”.197
Si bien la improvisación es parte de todo proceso de intervención,
independientemente del área en que trabaje el profesional, ésta, en el hacer con
adultos mayores, es promotora de la creatividad y fuente generadora de conocimiento.
Los profesionales desarrollan en la experiencia la capacidad de responder a las zonas
indeterminadas de su práctica, que en el caso de los adultos mayores son: la cercanía
de la muerte, las enfermedades invalidantes, la lentificación motora, etc..
En la experiencia se desarrollan habilidades para la intervención, especialmente
en el trabajo con adultos mayores, por ser un área que cuenta con poco material
escrito desde la profesión.
Llegamos por medio de la reflexión a plantear que el profesional puede
desarrollar un nuevo tipo de saber: el experiencial - histórico, generado a través de
las vivencias cotidianas de las personas. Es un conocimiento histórico (que tiene
relación con las experiencias de vida personales, no profesionales) que modela de
manera inconsciente la intervención profesional. Constituye un componente del saber
práctco.
La intervención profesional supone sujetos en interacción, ello significa que
produce cambios tanto en el profesional como en los sujetos con los que se da dicha
interacción.
197
Cfr. Schön; 1992. Pp. 195 – 196.