TRABAJO SOCIAL | Page 148

148 sino también de la capacidad de estos para adquirir experiencias, de reunir un vagaje que permita a los trabajadores sociales una mirada amplia, una visión crítica de la realidad. La diversidad de experiencias permite disponer de un repertorio de estrategias para enriquecer la intervención. No es solo contar con estructuras teóricas o programas bien definidos, sino que de potenciar la creatividad profesional, la que se basa en la libertad y autonomía, en la reflexión, en detenerse a descubrir y a elaborar nuevas estrategias. El trabajo social es el ejercicio del arte, es creación, es construcción de sentidos, problemas, acciones; no es el trabajador social un mero hacedor. Lo público siempre se ha caracterizado por su lentitud, en relación a los trámites, no se ha podido mejorar la rapidez, la eficiencia, quizás por una cosa de recursos, o porque muy pocos funcionarios municipales han asumido la conciencia de que su trabajo es para el servicio de la comunidad, y por otra parte, a quienes están a cargo los distintos departamentos se les exige, por normas especiales, el seguimiento de ciertas líneas de acción que a la larga se transforman en “eternos trámites”: “Para mí no es tan fácil decir que no o tramitar a alguien o hacerlo esperar, es un poco la burocracia de los municipios (...) decirle venga tal día, cuando de repente es tan fácil, son cinco minutos (...) como mucha burocracia, y todo lo unen a la falta de recursos, no se agotan las alternativas (...) puede que tenga relación con el desgaste, tantos años (...) igual yo creo que uno no puede juzgar.” (A.S). Se percibe en el discurso de los profesionales entrevistados, la necesidad de dignificar el trabajo municipal. Puede que la historia haya influido en esta visión negativa del trabajo que se realiza en los sectores públicos: el período del régimen militar, la visión de mercado, en donde el municipio no es visto como una empresa en donde hay que producir eficientemente, y por otro lado, no se incentiva el trabajo mediante ningún estímulo, ni económico, ni de reconocimiento. Los funcionarios solo tienen que trabajar. Además, los cargos, muchas veces en los municipios son entregados a gente que no es idónea en lo que les toca realizar, es bien reconocido por muchos funcionarios municipales, que algunos de los puestos son entregados a las personas por una cuestión política por pertenencia al partido político del Alcalde, entre otros. No hay una mayor preparación tampoco cuando se les asignan diversos cargos a la gente, no se les capacita en los temas que deben abordar y no hay ninguna exigencia, en el sentido de que no tienen metas impuestas por otros, sino que ellos mismos se las fijan en los proyectos que elaboran, y como no se han “puesto la camiseta por la gente de la comuna con la que trabajan”, su trabajo se transforma en un trámite más. Muchas veces los profesionales se imponen metas muy altas, difíciles de lograr y medir; a ello se le suman las remuneraciones bajas