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mas bien se juegan en ese campo, las complejas relaciones simbólicas de la acción
social”.191
El escuchar es una forma de acoger. El acogimiento es una actitud
propiamente humana y si se afirma que los trabajadores sociales buscan mejorar la
calidad de vida y producir cambios, esto pasa por promover actitudes humanas en los
contextos en que se mueven, con los sujetos que interactúan: “Acoger a la gente es
super importante, y además eso se devuelve.” (A.S)
Los problemas sociales, no necesariamente se resuelven por la obtención de
recursos materiales. Como hemos visto en el presente estudio, la problemática que
más aqueja a los adultos mayores es la falta de reconocimiento social que se traduce
en distintos ámbitos, el abandono al cual está determinado socialmente, esto tiene su
raíz en estructuras sociales que no valoran lo propiamente humano, que desconocen
la gratuidad.
Para los adultos mayores el ser escuchados es una necesidad y requiere de
parte del profesional un esfuerzo, lo que puede desarrollar la empatía: “Logramos
también, creo, una empatía, o sea una mayor cercanía, y eso también ayuda de
repente en cualquier tipo de trabajo que tú quieras hacer con ellos” (A.S)
Los profesionales denotan en lo implícito una preocupación, al plantear la
tensión existente entre la paciencia y el saber escuchar, ambas requieren de tiempo y
en el contexto del municipio éste se ve limitado, ya que en dicho contexto se tiende a
medir en cantidad la intervención, además en hacer visibles, tangibles los resultados
de la acción.
4. Saber interpretar:
El saber escuchar va intelegiblemente unido al saber interpretar. La
comunicación de los A.M. es menos directa, clara o explícita en comparación a otros
grupos etáreos, por lo que al profesional se le exige estar atento al lenguaje para
lograr develar el sentido de lo que ellos comunican, para saber lo que realmente
191
Aguayo, C.; 1996. P. 79.