Trabajo informática revista pisa2000 | Page 69

si son externas, tiene aspectos beneficiosos en la medida en que son más precisas para certificar los conocimientos y competencias de los alumnos y, por ello, permiten orientar y contrastar decisiones tomadas por un siste- ma de jueces que pudieran llegar a parecer dudosas o arbitrarias a la hora de decidir sobre la promoción de curso. En suma, no parece suficiente exigir que las calificaciones dadas por los profeso- res sean, en conjunto, acertadas o justas. La evaluación de un alumno, en particular si conlleva la posibilidad de repetir curso, es un acto jurídico con efectos muy personales y decisivos. Sin embargo, no parece que los profesores españoles sean máximamente precisos en sus pronunciamientos evaluado- res, por utilizar quizá las calificaciones otor- gadas para otros fines educativos distintos además de la certificación del rendimiento del alumno. En todo caso, y en un contexto de comparación internacional, el profesora- do español parece bastante estricto. El informe internacional de PISA publica una tabla 40 en la que compara, entre los distintos países, la última calificación en lengua que recuerda el alumno, recodificada dicotómi- camente en los valores de insuficiente o sufi- ciente. Pues bien, los profesores españoles, que otorgaron una calificación de insuficien- te al 28,8% de sus alumnos, son los segundos más exigentes, tras los de Francia. De los 21 países que aportaron datos, sólo 6 necesitan porcentajes del orden de las decenas para cuantificar el número de sus insuficientes. El resto, 15 países, se contentan con porcen- tajes del orden de las unidades, siendo el mayor el de Australia, con un 6,4%. Los pro- fesores españoles, en comparación con sus colegas de la gran mayoría de los países par- ticipantes en PISA, se muestran ciertamente muy selectivos. obtienen una puntuación bastante aceptable en una prueba externa como PISA. E inversa- mente, la cantidad de alumnos a los que nunca se les ha hecho repetir y que, sin embargo, muestran en la misma prueba un rendimiento calificable de pobre. Si se traza una línea divisoria a la altura de 480 puntos, límite entre el nivel 2 y el nivel 3 y muy cercano a la media OCDE, todavía se perciben por enci- ma de esa línea una serie de puntos correspon- dientes a alumnos que han tenido que repetir un curso pese a mostrar un rendimiento en lectura mediano o bueno 39 . Similarmente, por debajo de la línea de 480 puntos existen bas- tantes alumnos (13,1% de nivel < 1 y 27,7% de nivel 1) que pese a obtener una puntuación claramente baja no han sido sometidos por el sistema educativo a la experiencia de la repe- tición. Todo ello suscita alguna duda sobre el rigor con que se aplica el sistema de evalua- ción a la hora de decidir la promoción de los alumnos. En España las normas que rigen la edu- cación secundaria no prevén exámenes externos para decidir sobre la promoción de curso. Ésta es competencia de la junta de eva- luación del centro, donde la opinión del pro- fesor de la asignatura –en el caso de la lectu- ra, el de lengua– suele ser, en la práctica, bastante determinante. En la normativa específica, los criterios de evaluación dan mucha importancia al aspecto continuo de la misma, exigiendo que se tengan también en cuenta factores adicionales no estrictamente de rendimiento, como los de actitud y con- ducta, y tratando de evitar la angustia de los exámenes que deciden en un solo acto sobre el rendimiento de todo un periodo. Sin embargo, y sin quitar importancia a los demás fines educativos que cumple el acto evaluador en el sistema educativo español, el recurso a pruebas puntuables, especialmente 39 40 La existencia de estos alumnos repetidores con aceptables rendimientos también se detecta en la Figura 3.16, donde un 13,6% de los alumnos de nivel 3 y un 2,6% de los de nivel 4 han repetido un curso. Knowledge and Skills for Life. First results from PISA 2000. OECD/OCDE, Paris, 2001, Anexo B1, Tabla 2.5, página 258. [ 71 ]