TOM SOWYER Tom Sawyer - Mark Twain | Page 214

Tom Sawyer www.librosmaravillosos.com Mark Twain Los chicos le preguntaron el porqué de aquel apresuramiento. -No os preocupéis; lo veréis en cuanto lleguemos a casa de la viuda. Huck dijo, con cierta escama, porque estaba de antiguo acostumbrado a falsas acusaciones: -Mister Jones, no hemos estado haciendo nada. El galés se echó a reír. -De eso no sé nada, Huck. Yo no sé nada. ¿No estáis la viuda y tú en buenos términos? -Sí. Al menos ella ha sido buena conmigo. -Pues entonces, ¿qué tienes que temer? Esta pregunta no estaba aún satisfactoriamente resuelta en la despaciosa mente de Huck cuando fue empujado, juntamente con Tom, en el salón de recibir de la viuda. Jones dejó el carro a la puerta y entró tras ellos. El salón estaba profusamente iluminado, y toda la gente de alguna importancia en el pueblo estaba allí: los Thatcher, los Harper, los Rogers, tía Polly, Sid, Mary, el reverendo pastor, el director del periódico y muchos más, todos vestidos con el fondo del área. La viuda recibió a los muchachos con tanta amabilidad como hubiera podido mostrar cualquiera ante dos seres de aquellas trazas. Estaban cubiertos de la cabeza a los pies de barro y de sebo. Tía Polly se puso colorada como un tomate, de pura vergüenza, y frunció el ceño a hizo señas amenazadoras a Tom. Pero nadie sufrió tanto, sin embargo, como los propios chicos. -Tom no estaba en casa todavía -dijo el galés; así es que desistí de traerlo; pero me encontré con él y con Huck en mi misma puerta y me los traje más que a paso. -Hizo usted muy bien -dijo la viuda-. Venid conmigo, muchachos. Se los llevó a una alcoba y les dijo: -Ahora os laváis y os vestís. Ahí están dos trajes nuevos, camisas, calcetines, todo completo. Son de Huck. No, no me des las gracias, Huck. Mister Jones ha comprado uno y yo el otro. Pero os vendrán bien a los dos. Vestíos deprisa. Os esperaremos, y en cuanto estéis lo bastante limpios vais allá. Después se marchó. 214 Preparado por Patricio Barros