TOM SOWYER Tom Sawyer - Mark Twain | Page 198

Tom Sawyer www.librosmaravillosos.com Mark Twain que podía pasar casi toda la mañana del domingo antes que la madre de Becky descubriera que su hija no estaba en casa de los Harper. Los niños permanecieron con los ojos fijos en el pedacito de vela y miraron cómo se consumía lenta a inexorablemente; vieron el trozo de pabilo quedarse solo al fin; vieron alzarse y encogerse la débil llama, subir y bajar, trepar por la tenue columna de humo, vacilar un instante en lo alto, y después... el horror de la absoluta oscuridad. Cuánto tiempo pasó después, hasta que Becky volvió a recobrar poco a poco los sentidos y a darse cuenta que estaba llorando en los brazos de Tom, ninguno de ellos supo decirlo. No sabían sino que, después de lo que les pareció un intervalo de tiempo largísimo, ambos despertaron de un pesado sopor y se vieron otra vez sumidos en sus angustias. Tom dijo que quizá fuese ya domingo, quizá lunes. Quiso hacer hablar a Becky, pero la pesadumbre de su pena la tenía anonadada, perdida ya toda esperanza. Tom le aseguró que tenía que hacer mucho tiempo que habrían notado su falta y que sin duda alguna los estaban ya buscando. Gritaría, y acaso alguien viniera. Hizo la prueba; pero los ecos lejanos sonaban en la oscuridad de modo tan siniestro que no osó repetirla. Las horas siguieron pasando y el hambre volvió a atormentar a los cautivos. Había quedado un poco de la parte del pastel que le tocó a Tom, y lo repartieron entre los 198 Preparado por Patricio Barros