TOM SOWYER Tom Sawyer - Mark Twain | Page 177

Tom Sawyer www.librosmaravillosos.com Mark Twain incierto tesoro; y, como niño que era, decidió dejarse llevar por su inclinación y no volver a pensar en el cajón de dinero en todo el resto del día. Tres millas más abajo de la población la barcaza se detuvo a la entrada de una frondosa ensenada y echó las amarras. La multitud saltó a tierra, y en un momento las lejanías del bosque y los altos peñascales resonaron por todas partes con gritos y risas. Todos los diversos procedimientos de llegar a la sofocación y al cansancio se pusieron en práctica, y después los expedicionarios fueron regresando poco a poco al punto de reunión, armados de fieros apetitos, y comenzó la destrucción y aniquilamiento de los gustosos alimentos. Después del banquete hubo un rato de charla y refrescante descanso bajo los corpulentos y desparramados robles. Al fin, alguien gritó: -¿Quién quiere venir a la cueva? Todos estaban dispuestos. Se buscaron paquetes de bujías y en seguida todo el mundo se puso en marcha monte arriba. La boca de la cueva estaba en la ladera, y era una abertura en forma de A. La recia puerta de roble estaba abierta. Dentro había una pequeña cavidad, fría como una cámara frigorífica, construida por la Naturaleza con sólidos muros de roca caliza que rezumaba humedad, como un sudor frío. Era romántico y misterioso estar allí en la profundidad sombría y ver allá fuera el verde valle resplandeciente de sol. Pero lo impresionante de la situación se disipó pronto y el alboroto se reanudó en seguida. En el momento en que cualquiera encendía una vela todos se lanzaban sobre él, se tramaba una viva escaramuza de ataque y defensa, hasta que la bujía rodaba por el suelo o quedaba apagada de un soplo, entre grandes risas y nuevas repeticiones de la escena. Pero todo acaba, y al fin la procesión empezó a subir la abrupta