Tom Sawyer
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Mark Twain
su aborrecimiento hacia Tom. Buscaba el medio de vengarse sin mucho riesgo para
su persona. Sus ojos tropezaron con la gramática de su rival. Abrió el libro por la
página donde estaba la lección para aquella tarde y la embadurnó de tinta. En aquel
momento Becky se asomó a una ventana, detrás de él, vio la maniobra y siguió su
camino sin ser vista. La niña se volvió a su casa con la idea de buscar a Tom y
contarle lo ocurrido: él se lo agradecería y con eso habían de acabar sus mutuas
penas. Antes de llegar a medio camino ya había, sin embargo, mudado de parecer.
Recordó la conducta de Tom al hablar ella de la merienda, y enrojeció de
vergüenza. Y resolvió dejar que le azotasen por el estropicio de la gramática, y
aborrecerlo eternamente, de añadidura.
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Preparado por Patricio Barros