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58 H uaylarsh M oderno : códigos , raíces y modernidad En ltablas 6 y 7 se describen los pasos y posturas, tomando en cuenta sus nombres en wankalimay. Cuando el Huaylarsh llega a tener apogeo en la ciudad de Lima, em- pieza su corrupción. Los residentes y aficionados que empezaron a bailarlo, empezaban a deformarlo: desde la manera de utilizar el vestuario hasta el acoplamiento de saltos en el baile. Sin tener el menor cuidado de mantener su originalidad los organizadores de los grandes eventos no se inhibían de pro- mover sus concursos de Huaylarsh y vender espectáculo, asimismo la mayoría de pasos del Huaylarsh moderno se estaba perdiendo y se iban uniformizando las coreografías sobre la base de unos pocos sobre todo de la Ishtaka (estaca) y Cancha Paćhiay (cancha revienta). Curiosamente hay quienes han referido que el Huaylarsh moderno le debe su estilo a uno de sus pasos originarios: el chihuaco, sin embargo, paradójicamente este paso llegaría a ser después un paso de rescate. Toda esta movida que se daba en Lima, hacía que el poblador del valle del Mantaro crea correcto estas malformaciones. A esto se puede sumar que en ciertas escuelas y talleres de danzas y folklor nacionales se tenga una equivocada concepción del Huaylarsh, un claro ejemplo es la Asociación Cultural “Brisas del Titicaca” (Espinoza, 2009), en donde esta danza llega a ser una mescolanza totalmente ajena a lo que se practica en Huancayo. Mov- imientos acrobáticos y saltos son parte de este pseudohuaylarsh moderno y es mucho más correcto decir que hacen uso de disfraces en vez de vestuarios. No obstante el “ballet” que realizan hace que se vea atractivo permitiendo por otro lado que muchos, fuera de Huancayo, tengan la tan equivocada percep- ción de que el Huaylarsh es aquello. A todo esto se puede añadir que bajo el pretexto de estilos de baile, muchas agrupaciones dentro de Huancayo hoy en día han inventado pasos, movimientos y posturas totalmente desorientadas de lo que es en realidad el Huaylarsh. El salto brusco y el correteo se han incorporado dentro de estas innovaciones. Refiriéndonos a los saltos han pretendido justificarlos arguy- endo que el Huaylarsh moderno es la danza del chihuaco y que éste al andar salta. Salta, sí, pero no con brusquedad, lo hace con pasos continuos, lo hace como bailando y no con saltos secos. Refiriéndonos ahora al correteo ha sur- gido producto de la moda y resulta de la asociación de ciertos grupos rebel- des con orquestas poco cultivadas en salvaguardar un patrimonio, los cuales han acelerado exageradamente las revoluciones en el ritmo del Huaylarsh