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H uaylarsh M oderno : códigos , raíces y modernidad
des andinas, a los apus, achachilas, uywiris y a la Pachamama, (…) agradeciendo
los primeros frutos, se le solicita también prosperidad en casa, en la familia, en los
bienes, negocios, profesiones, etc. Siempre en fiesta general.» (HAYLLI, 2011, pág.
11).
Este concepto de carnaval está mal emparentado a las fiestas religiosas
andinas pues no es correcto juzgar con un pensamiento occidental las fes-
tividades o el comportamiento de otras culturas. Asimismo no es correcto
pretender que el proceso de mestizaje de alguna cultura confluya en la trans-
formación esencial de sus costumbres. Muchas festividades en el Perú han
surgido de la influencia colonial (pensamiento occidental español cristiano),
otras producto de la imposición o del mestizaje.
No todo lo que coincida con las fechas del carnaval occidental merece
el mismo tratamiento. El Huaylarsh periódicamente coincide con estas fies-
tas paganas, vale decir que tiene fechas en las que no tiene nada que ver con
el carnaval. Las fiestas de carnaval contravenían a toda moral y los cánones
instaurados por la iglesia, donde la carne llama y da rienda suelta a sus ins-
tintos. El Huaylarsh no contraviene a moral alguna, no ve el mundo como
lo hace el cristiano, es más bien un rito festivo de reciprocidad en el que el
wanka se conecta con su progenitora la Pachamama. El Huaylarsh es una fies-
ta religiosa, ya lo había referido Arguedas, pero religioso desde la cosmovisión
del hombre andino, así ¿cómo una celebración religiosa podría emparentarse
con alguna fiesta que contraviene a su propia moral o religión? no es lo mis-
mo decir que el Huaylarsh tiene influencia del mundo occidental, a que el
Huaylarsh sea, por coincidencia periódica de sus fechas, carnaval.
Asimismo notamos actualmente elementos que pueden confundir es-
porádicamente al Huaylarsh, especialmente el moderno, con alguna fiesta de
carnaval, tales son el talco y la serpentina. Éstos sirven para jugar, espolvo-
reando con uno el rostro y las ropas, y colocando la otra alrededor del cuello.
Esto lo evidenciamos con mayor algarabía en la entrada de la coreografía del
Huaylarsh moderno, los cuales resaltan el colorido de las prendas que en sí
mismas ya son muy vistosas. Color, rostros manchados con talco, serpentina
y euforia, han hecho que se insista en la equivocada concepción de que el
Huaylarsh moderno sea de carnaval, no olvidemos que este Huaylarsh es
una extensión del antiguo, compartiendo sus raíces y su esencia prehispánica.
También podemos evidenciar el juego que se hace con la ortiga, elemento