CARBOHIDRATOS
La ingesta de carbohidratos debería ser
aproxi- madamente el 50-55% del total
calórico de la dieta, con mayoría de
carbohidratos complejos y restricción de los
simples. Es importante recordar que los
ancianos pueden presentar intolerancia a la
lactosa, con molestias digestivas e incluso
diarreas (2,4).
CARB
de sed y de frecuentes alteraciones de la deglución o
disfagia. Para evitar las complicaciones de la
deshidratación y asegurar una hidratación adecuada
es imprescindible potenciar la ingesta regular de
agua y de otros líquidos como zumos y sopas (1,2).
En los casos en que existe disfagia es muy útil poder
aumentar la consistencia de los líquidos mediante el
empleo de espesantes.
VITAMINAS Y MINERALES
Las
vitaminas
son
sustancias
imprescindibles para el buen funcionamiento
del organismo. Ya que el hombre es incapaz
de sintetizarlas, es necesario que su aporte a
través de la dieta sea adecuado y suficiente.
En el anciano existen numerosas causas que
favorecen la aparición frecuente de déficits
vitamínicos, tales como:
• Aporte calórico insuficiente.
• Dietas excesivamente restrictivas en
grasas.
• Rechazo de frutas y verduras.
• Disminución del apetito.
• Mala preparación y conservación de los
alimentos.
• Excesivo uso de laxantes.
• Polimedicación.
• Patología aguda y/o crónica.
HIDRATACIÓN
El anciano suele beber menos agua como
consecuencia de la pérdida de la sensación
FIBRA
Las dificultades de masticación pueden provocar un
rechazo de las frutas y verduras crudas con la consiguiente disminución de la ingesta de fibra. La falta
de fibra puede agravar algunos de los problemas
frecuentes en el anciano como el estreñimiento, el
uso de laxantes y la diverticulitis
ER, RICHMOND HILL, TW10 6RR Exce