Rincón creativo | NC-17
se había movido desde el asiento del conductor al de pasajeros sin mayor esfuerzo. Su boca, aparentemente deseosa de devorar a Stiles, se fundió con la de él en el más apasionado y erótico beso. Todo el peso de su cuerpo aprisionaba a Stiles contra el asiento, y cuando éste sintió la erección de Derek, su cerebro se desconectó. Inmediatamente, las manos del apuesto lobo estaban bajo la polera de Stiles, sintiéndolo, tocándolo, deseándolo … Stiles tuvo la vaga noción de que debía responder las caricias de Derek, pero habían ido de cero al cielo en menos de medio segundo, por lo que no sabía cómo reaccionar. A Derek no le importó.
Después de diez minutos de apasionados besos y calientes caricias, Derek se detuvo para sacarse su polera, junto con la de Stiles. Al ver el perfecto torso desnudo de Derek, las manos de Stiles automáticamente, y con aparente vida y voluntad propia, comenzaron a acariciar cada centímetro del hombre encima de él, al momento que Derek besaba y mordía suavemente su cuello. Stiles nunca imagino que ser mordido se sintiese tan bien.
Entre caricias, besos, mordidas y jadeos de placer, Derek comenzó a desabrocharse sus jeans, aumentando la excitación en los ojos del inexperto joven, para luego quitárselos junto con sus bóxers sin ninguna dificultad, lo cual lo hizo pensar en la experticia y practica de Derek en estas actividades. Ahora era el turno de Stiles; con la misma facilidad y rapidez, el dueño del Camaro desabrochó y quito sus pantalones en un solo movimiento, quedando ambos desnudos y sudados.
En un momento de lucidez, Stiles se dio cuenta que estaba desnudo dentro del auto de Derek, estacionado a un lado de la calle, dónde alguien— cualquier persona— podría verlo en cualquier momento, desnudo y a punto de perder su virginidad con Derek Hale en ese hermoso y sexy auto negro. Pero nada de eso importó en ese momento, solo que estaba desnudo y a punto de perder su virginidad con Derek Hale en ese hermoso y sexy auto negro. Derek continuaba lamiendo, besando y mordiendo el cuello y hombro de Stiles, al momento que su mano se deslizaba lentamente por el cuerpo, desde el cuello, pasando por el hombro, bíceps, antebrazo … finalmente deteniéndose en su empuñada mano, donde sus dedos imperiosamente y con dificultad trataban de abrirla, lo al principio confundió a Stiles, pero luego recordó que aún sostenía el condón que había sacado y Derek quería tomarlo. Una vez con el preservativo en su mano, alejo su boca del cuello de Stiles, lo abrió y sin dejar de mirar esos deseosos y expectantes ojos cafés, se lo puso lentamente. Y ciertamente Derek no mentía acerca del tamaño.
Al ver que Derek ya estaba listo para penetrarlo, Stiles sintió un leve ataque de pánico al pensar en lo que seguía. Derek era enorme y él virgen, por lo que ciertamente‘ iba a doler.’“ Relájate,” susurró Derek tiernamente en su oído,“ yo me encargo de todo; tú, disfruta.” Ante estas palabras, Stiles se relajó. Era obvio que Derek era un profesional del sexo, o por lo menos tenía mucha más experiencia que él. Alzando las piernas del adolecente y colocándolas en sus hombros, Derek lubricó y preparó a Stiles para lo que vendría. Esta preocupación por parte del hombre que pronto lo haría suyo, tranquilizó aun más al joven, sabiendo que Derek sería gentil y considerado con él.
Ciertamente dolió, pero placenteramente. Luego que Derek estuvo completamente dentro de Stiles, y mientras daba tiempo al joven para acostumbrarse a esta nueva sensación, Derek comenzó a moverse lentamente dentro y fuera de Stiles, mientras su boca y lengua se dedicaban a besarlo apasionadamente, posiblemente para distraerlo del inevitable dolor que la primera vez seguramente ocasiona; aunque no era necesario, ya que Derek, junto con los besos, había comenzado a tocarlo, sincronizando el movimiento de su mano con cada embestida, cada vez más rápido, más fuerte, más apasionado ….
En cuestión de minutos— los que a Stiles parecieron dulcemente eternos— el chico de los ojos café llegaba al clímax de sus orgasmos, eyaculando en la mano del hombre que le proporcionaba semejante placer. Junto con él, Derek soltaba un gemido— que más semejaba a un gruñido— de placer al momento que terminaba dentro de su pareja, para quedar tendido y exhausto sobre él. Siles distraídamente mirando el techo del auto, pasaba sus dedos por la espiral tatuada en la espalda del hombre encima de él, lo que no ayudaba a disminuir la tensión