NES
Nueva Escuela Secundaria de la Ciudad de Buenos Aires
la construcción y valorización de los proyectos individuales y grupales.
La problemática social de los abusos de sustancias y las adicciones puede ser considerada tanto en
la perspectiva personal como la social; constituye una
temática que despierta debates y gran interés por parte
de la sociedad y se r elaciona con creencias y actitudes,
tanto de los alumnos y las alumnas como de los docentes. Es por ello que un problema complejo, como el
del consumo problemático de sustancias psicoactivas,
admite múltiples lecturas y requiere de un enfoque interdisciplinario, multicausal e integral para su comprensión. El consumo problemático de sustancias, ya sean
estas legales o ilegales, así como otras prácticas de
riesgo adictivo, se transforma en un tema cotidiano y
significativo para la mayoría de los adolescentes independientemente de que hayan consumido sustancias
psicoactivas o no. Es un tema presente en la calle, en
la televisión, en Internet, en la música y en infinidad de
situaciones diarias; es decir, forma parte de los escenarios de aprendizaje cotidianos. Si entendemos a la
prevención como un proceso que demanda una actividad integral y comunitaria, adecuada al medio, anticipatoria, sostenida y flexible, cabe la posibilidad de
pensar en acciones que se efectúen en el campo de la
educación, como lugar en el que confluyen lo individual,
lo familiar, lo social y lo institucional.
Desde esta perspectiva, el “tema drogas” debiera
comprenderse como una temática de construcción social. De allí que intentar una aproximación al tema implica necesariamente prestar atención a diversos mecanismos sociales puestos en juego y develar qué hay
“más allá” de la percepción social generalizada y las
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estadísticas disponibles. Poder comprender, reflexionar y debatir sobre la cuestión permitirá desarmar los
estigmas que involucran a los jóvenes y dará paso a
la posibilidad de adquirir conocimientos científicos que
los alejen del mero terreno de la opinión, postura muy
usual en temáticas tan complejas. Una de las tareas
de la prevención es eliminar prejuicios y hacer pie en
la información científicamente validada. Desde las instituciones educativas debemos develar los prejuicios,
creencias, mitos y opiniones formuladas desde el sentido común sobre este tema, para poder abordarlo con
la seriedad que merece, habida cuenta de la extensión
de la problemática. Esto nos obliga a dejar de lado viejos modelos que pretenden generar miedo y cambiarlos
por una actitud ética y responsable a la hora de la toma
de decisiones.
La inclusión de estos escenarios como insumos para
la educación preventiva debe formar parte de una estrategia pedagógica integral, en la cual las instituciones
educativas tienen un rol insustituible que cumplir. Los
docentes están en una posición privilegiada para constituirse en mediadores y promotores de salud en torno a
las drogas y sus usos, en donde se problematicen y no
se den por naturalizados prácticas y comportamientos.
La escuela constituye una parte fundamental en la
vida de los niños y jóvenes. Cuanto más significativa sea
la etapa escolar, más construiremos, en tanto comunidad educativa, conocimiento, ética y valores. Es decir,
la escuela forma parte de lo que podríamos denominar
“prevención inespecífica”. Este tipo de prevención no
tiende a dirigirse a un objeto, en este caso las drogas,
internet, las máquinas tragamonedas, etc., sino a mejorar globalmente la calidad de vida, es decir propiciar
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