Nueva Escuela Secundaria de la Ciudad de Buenos Aires
prácticas basadas en el prejuicio de superioridad de
cualquiera de los géneros1 constituye una premisa
necesaria para trabajar en la prevención y la promoción de la salud, en el cuidado de nuestro cuerpo, en
el ejercicio de prácticas sexuales protegidas y en la
construcción de vínculos afectivos más saludables,
basados en relaciones interpersonales recíprocas.
En la escuela secundaria se ofrecerán oportunidades e información acerca del derecho que tienen tanto
hombres como mujeres de acceder y/o compartir:
los mismos trabajos, tareas y desempeños que plantea la vida cotidiana;
los mismos cuidados hacia sus cuerpos, sin que los mandatos sociales los expongan a situaciones de riesgo;
las mismas necesidades de manifestar sentimientos y
emociones, sin que ello lleve inscripto un juicio de valor.
El cuidado y la promoción de la salud
Decir que la educación sexual tiene como uno de sus
marcos la salud requiere definir qué entendemos por
ella. Actualmente, se entiende la salud como:
un proceso social complejo y dinámico que incluye
grados de bienestar físico, psíquico y social, producto de una construcción en la que intervienen factores
individuales y del contexto económico, cultural, educativo y político;
un derecho de todos.
“Es la medicina social o salud colectiva quien estudia la salud/enfermedad de la colectividad como
expresión de los procesos sociales. Es decir, postula la necesidad de analizar los fenómenos de salud y
enfermedad en el contexto del acontecer económico,
político e ideológico de la sociedad, y no solo como
fenómenos biológicos que atañen a los individuos.”2
Ese carácter histórico y social se expresa en las
distintas formas de enfermar y vivir presentes en las
diferentes épocas y en los distintos grupos y comunidades. Los factores económicos, educativos, alimentarios, ambientales y culturales inciden en esas
distintas formas de vivir y enfermar. También influyen
las políticas públicas, las maneras de organizar la distribución de bienes materiales y simbólicos, y los diferentes modos que tienen las personas para dispensarse cuidados.
En el plano individual, las personas construyen
estrategias de cuidado y promoción de la salud de
acuerdo con sus experiencias personales, intereses,
conocimientos, inquietudes y modos particulares de
vivir. La promoción de la salud se propone fortalecer
los factores que inciden positivamente en la salud y el
desarrollo integral de las personas.
La implementación de una política de educación sexual integral desde la escuela es un aporte
específico que hace el Estado, al propiciar prácticas que favorezcan las capacidades de los jóvenes
para responder a los desafíos que les requieren el
cuidado y la pro