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Introducción a la arquitectura. Conceptos fundamentales
tirla. Encontrar mensajes más sutiles y delicados;
entender propuestas irónicas, cifradas, juegos
formales que apelan a referentes que están en
otras arquitecturas; percibir la explicación que
de sí misma hace la arquitectura, de su modo de
ofrecerse para ser utilizada de una determinada
manera, de la autopresentación de sus soluciones técnicas: todas estas son posibilidades por
las cuales el campo de la producción arquitectónica es también inagotable, siempre dispuesto
a nuevas formas de mostrarse, de explicarse, de
apelar a nuestra sensibilidad y a nuestra inteligencia.
Ésta es la razón por la que acceder al entendimiento y al gozo de la arquitectura requiere una
formación hecha de experiencia y de estudio.
Iniciarse en la arquitectura es emprender
un camino, siempre inacabado, a lo largo del
cual nuestra capacidad de entendimiento y complacencia estarán siempre dispuestos a crecer y
perfeccionarse.
Sin duda el ejercicio fundamental para
dicho aprendizaje es la experiencia. La arquitectura hay que verla y recorrerla, atentamente, con
la mirada pero también con todas las capacidades perceptivas de nuestro cuerpo moviéndose
en sus espacios. Mirar, escrutar, recordar, ordenar, descubrir son los resortes con los que penetrar en la experiencia arquitectónica. Es mejor
hacerlo directamente, en el lugar, bajo la luz
del sol, como diría Le Corbusier. Pero también
viendo y entendiendo a través de imágenes, de
representaciones de todo tipo que nos muestren
aspectos inaccesibles o que nos expliquen lo
que tal vez nuestra simple mirada podría haber
dejado escapar.
Pero esta mirada y esta experiencia perceptiva también se educan mediante el conoci-
miento. La arquitectura habla a través de lenguajes que tienen que ver con la técnica constructiva, con el juego desde el interior de ciertos
repertorios, con el gusto de la regularidad y la
excepción, con el contraste o la armonía, con la
dimensión o la proporción, con lo peculiar o lo
genérico.
Tod