Test Drive | Page 141

-No, amor mío, es una nave que nos sigue, es un ojo que escudriña ávidamente el mar, buscándonos. -¡Dios mío! ¿Entonces nos siguen? -Es probable, pero encontrarán balas y metralla para diez de ellos. -¿Y si te mataran? -¡Matarme! -exclamó él enderezándose, mientras un relámpago soberbio le brillaba en los ojos-. ¡Todavía me siento invulnerable! El crucero, porque debía de serlo, ya no era una simple sombra. Sus mástiles se destacaban ahora netamente sobre el fondo claro del cielo, y se ve