1. Veinticuatro años de edad tenía Jesús al entrar en la Persia
en camino a su casa.
2. En muchos caseríos, poblados y vecindarios se detuvo por
algún tiempo y enseñó y curó.
3. Los sacerdotes y las clases gobernantes no le dieron la
bienvenida porque los censuraba por su crueldad para con las
personas del estado bajo.
4. La masa de las poblaciones le seguían.
5. Algunas veces los Jefes se atrevieron a tratar de
obstaculizarte prohibiéndole enseñar y curar enfermos.
6. Con el tiempo llegó a Persépolis, la ciudad donde se
enterraba a los reyes de Persia, la ciudad de los magos
ilustrados: Hor, Lun y Mer, los tres sabios.
7. Que veinticuatro años antes había visto la estrella de la
promesa levantarse sobre Jerusalén y que habían hecho la
jornada al oeste para encontrar al rey recién nacido.
8. Y que fueron los primeros en honrar a Jesús como el gran
maestro de la era y que le dieron regalos de oro, incienso y
mirra.
9. Estos magos supieron, por las vías por las que los maestros
siempre saben, que Jesús se acercaba a Persépolis, de modo
que se vistieron, y se fueron a encontrarle en el camino.
10. Y al encontrarse, una luz mucho más brillante que la luz del
día los rodeó de modo tal que los hombres que vieron a los
cuatro de pie en el camino declararon que estaban
transfigurados y que más parecían dioses que hombres.
11. Y como Hor y Lun habían envejecido, Jesús los montó en su
camello para el regreso a Persépolis; mientras que el y Mer los
guiaban.
12. Y cuando llegaron al hogar de los magos, todos se
regocijaron. Y Jesús les narró la historia emocionante de su
vida, y Hor y Lun y Mer no hablaron, limitándose a mirar el cielo
y a alabar a Dios en sus corazones.
13. Y en Persépolis estaban tres sabios del Norte: Kaspar. Zara
y Mebone. Kaspar era el más sabio maestro de la tierra de la
magia. Y estos tres estaban en los hogares del Hor, Lun, y Mer
cuando llegó Jesús.
14. Por siete días estos siete no hablaron. Se sentaron en
silencio en el salón del consejo en íntima comunión con la
Hermandad Silente.