14. Pero Hillel no tuvo respuesta que dar al niño. Su corazón
estaba vibrando de compasión. Sólo trajo al niño a sí, colocó su
mano sobre la cabeza del niño y lloró.
15. Y dijo: Hay un Dios de Amor, y tú vendrás conmigo y
cogidos de las manos marcharemos adelante y encontraremos
al Dios de Amor.
16. Y Jesús dijo: ¿por qué necesitamos ir? Pensaba que Dios
estaba en todo lugar. ¿No podremos purificar nuestros
corazones y arrojar de nosotros la crueldad y todo pensamiento
malo, y hacer de nosotros un templo donde pueda morar el Dios
de Amor?.
17. El maestro del gran Sanhedrín sintió como si él fuera el niño
y delante de él estuviera e] maestro dominador de la más alta
ley.
18. Y se dijo a sí mismo: Seguramente que este niño es profeta
enviado de Dios.
19. Entonces Hillel buscó a los padres y les pidió que
permitieran que Jesús morara con él y aprendiera los preceptos
de la ley y todas las lecciones de los sacerdotes del templo.
20. Sus padres consintieron y Jesús moró dentro del templo de
Jerusalén y Hillel le enseñó cada día.
21. Y cada día el maestro aprendía de Jesús muchas lecciones
de la vida más alta.
22. Un año permaneció el niño con Hillel en el templo y
entonces regresó a su hogar en Nazaret y allí trabajó como
carpintero con José.
Capítulo 19
Jesús a los doce años en el templo. Discute con los doctores de la
ley. Lee un libro de profecías. A ruego de Hillel interpreta las
profecías.
1. Otra vez tuvo lugar la gran fiesta de Jerusalén y José y María
y el hijo de ellos fueron allá. El niño tenía doce años.
2. Y en Jerusalén había judíos y prosélitos de todos los países.
3. Y Jesús se sentó entre los sacerdotes y los doctores en el
salón del templo.
4. Y Jesús abrió un libro de profetas y leyó:
5. Desgraciada, desgraciada Ariel, la ciudad donde David moró.
Desmantelaré a Ariel y ella gemirá y llorará.
6. Y acamparé contra ella y su rededor con huestes hostiles.