2. Diez días antes de la fiesta. Jesús y sus discípulos salieron
de las colinas de Efraín y por el camino del Jordán fueron a
Jericó.
3. Al entrar a Jericó un publicano rico vino a ver al Señor; pero
era demasiado pequeño en estatura y el gentío era tan grande
que no podía verle.
4. En el camino había un árbol, un sicómoro, en el que se subió,
encontrando asiento entre sus ramas.
5. Cuando Jesús llegó, vio al hombre y dijo: Oh Zaqueo,
apúrate, baja, voy a comer contigo hoy.
6. Y Zaqueo bajó y gozoso recibió al Señor, pero muchos de la
secta más estricta se escandalizaron y dijeron:
7. ¡Qué vergüenza, ir a casa de Zaqueo, del publicano, del
pecador!
8. Pero Jesús no se preocupó de lo que decían, sino que se fue
con Zaqueo que era hombre de fe. Y hablando los dos. Zaqueo
dijo:
9. Señor, siempre he tratado de hacer lo correcto; he dado a los
pobres la mitad de mis bienes, y si por algún motivo hago algo
erróneo a algún hombre, trato de enmendar mi error dándole el
cuádruplo.
10. Y Jesús dijo; Tu vida y tu fe son conocidas de Dios. De allí
que las bendiciones del Señor de los ejércitos moran contigo y
con toda tu familia.
11. Entonces Jesús habló a todos una parábola y dijo: El vasallo
de un emperador fue hecho rey y fue a tierra extranjera a
reclamar sus derechos y a ocupar su reino.
12. Antes de irse, llamó a diez de sus sirvientes y a cada uno les
dió una libra de oro y les dijo:
13. Id y usad estas libras en lo mejor que podáis para
incrementar así mi riqueza. Y entonces se fue.
14. Y después de muchos días regresó y llamó a los diez,
demandando informes.
15. El primero vino y dijo: Señor, he ganado para tí nueve libras;
me diste una y te entrego diez.
16. El rey contestó: Bien hecho, hombre fiel. Por haber sido fiel
en lo pequeño juzgo que serás sirviente fiel en lo grande.
17. Por lo mismo, te doy el gobierno de nueve de las ciudades
importantes de mi reino.