18. Los hombres pueden presagiar estos fenómenos, pero
todavía no pueden discernir las señales de la Santa
Respiración. Pero vosotros lo podéis.
19. La tormenta de la ira se aproxima. Los hombres carnales
han de buscar causas para llevaros a los tribunales y para
sepultaros en prisiones.
20. Cuando esto ocurra, que la Sabiduría os guíe. No os
impacientéis. El resentimiento acrecienta la ira de los malvados.
21. Hay muy poco sentido de justicia y de merced en los
hombres más viles de la tierra.
22. Vosotros podéis contribuir al crecimiento de este sentido
mediante lo que he dicho y hecho y confiando en la guía de la
Santa Respiración.
23. Así podéis convertir la victoria humana en alabanza del
Señor.
24. Los cristianos entonces emprendieron el camino, y llegaron
a Betania, y allí enseñaron.
Capítulo 114
Una gran tormenta del mar destruye muchas vidas. Jesús solicita
ayuda y la multitud da generosamente. En respuesta a la pregunta de
un abogado. Jesús explica la filosofía de los desastres.
1. Mientras Jesús hablaba, un hombre avanzó y dijo: Maestro
¿puedo hablar?
2. Y Jesús dijo: Habla, Y el hombre dijo:
3. Una tormenta del mar hizo naufragar anoche muchos barcos
pescadores. Veintenas de hombres perecieron y sus esposas y
sus hijos están en gran necesidad.
4. ¿Que puedo hacer para auxiliar a los desvalidos?
5. Y Jesús dijo: Una petición meritoria. Galilea, escuchadme. NO
podemos volver a la vida a estos hombres, pero podemos
socorrer a los que de ellos dependían para su sustento diario.
6. Administradores de la riqueza de Dios, vuestra oportunidad
ha llegado, abrid vuestros baúles sacad el oro escondido,
regaladlo con mano generosa.
7. Esta riqueza fue almacenada para usarla en tiempos como
éste. Mientras no se la necesitaba, erais los guardianes;
8. Pero ahora no es vuestra, porque pertenece a los que están
en necesidad, y si no la dais, sencillamente estáis atrayendo
sobre vosotros el enojo de Dios.