Capítulo 105
Patrocinados por un grupo de mujeres ricas, los cristianos hacen una
gran gira. En sus enseñanzas Jesús aplaude la sinceridad y censura
la hipocresía. Habla del pecado contra la Santa Respiración
1. Un grupo de mujeres que poseían una gran riqueza y que
moraban en otras ciudades de Galilea, imploraron que Jesús y
los doce junto con los maestros extranjeros, hicieran una gira y
enseñaran y curaran.
2. Entre esas mujeres entusiastas estaban: María Magdalena
que había sido obsesionada por siete espíritus del aire que
carecían de morada, los cuales habían sido arrojados por la
Palabra que todo lo crea, que Jesús había hablado;
3. Susana, que poseía una propiedad en Cesárea Filipense;
4. Juana, la mujer de Chuza, uno de los de la Corte de Herodes;
5. Y Raquel, de la costa de Tiro;
6. Y otras de más allá del Jordán y del mar de Galilea.
7. Y proveyeron recursos amplios, y tres grupos de siete
hombre? Partieron.
8. Enseñaron el evangelio del Cristo y bautizaron a las
multitudes que confesaron su fe; curaban a los enfermos y
levantaban a los muertos.
9. Y Jesús trabajó y enseñó desde muy temprano en la mañana
hasta el término del día y aún en la noche, sin detenerse ni a
comer.
10. Sus amigos llegaron a alarmarse por su salud de modo que
lo capturaron, resueltos a llevarle por la fuerza a algún lugar
donde descanse.
11. Pero Jesús les reprendió y dijo: ¿No habéis leído que Dios
enviará a sus ángeles para que me atiendan?
12. Que ellos me sostendrían y que no permitirían que yo sufra
necesidad?
13. Yo os digo, hombres, que mientras estoy dando mi fortaleza
a estas multitudes que esperan ansiosas, me encuentro
descansando en los brazos de Dios.
14. Cuyos mensajeros benditos me traen el pan de la vida.
15- Hay una marea justamente una vez en la vida humana.
16. Estas gentes están ahora dispuestas a recibir la verdad; la
ocasión es de ahora para nosotros.