19. Entonces el hombre se levantó. Y los dos se fueron de
bracete a observar los escombros.
20. Y oyeron el llanto de las madres y de los niños en la calle, y
vieron su desolación.
21. Y Jesús dijo: Mi amigo, este es tu trabajo. Sencillamente
guía la ayuda. Estoy seguro de que los hombres de Betania te
proveerán de elementos y te ayudarán.
22. La chispa de la esperanza por tanto tiempo amortiguada
dentro del hombre fue abanicada y se tornó en llama. Puso a un
lado su saco andrajoso; y otra vez fue el hombre.
23. Y Pidió ayuda: no para sí, sino para los que carecían de
hogares; y todos lo ayudaron. Los hogares arruinados fueron
reconstruidos.
24. Entonces el hombre observó su pobre antro; y su corazón
se estremeció hasta el fondo.
25. El orgullo de hombre llenó su alma y dijo: Este antro
desolado será un hogar. Y trabajó como nunca había trabajado
antes, y todos lo ayudaron.
26- Y en corto tiempo el antro se transformó en hogar. Y las
flores del amor brotaron por todas partes.
27. La madre y los niños estaban llenos de felicidad. El padre no
bebió nunca más.
28. Un hombre se había salvado, y nadie dijo nunca ni una sola
palabra respecto a abandono o embriaguez, ni le dio consejos
de que se refrenara.
Capítulo 93
Los cristianos atraviesan un campo de trigo maduro, y los discípulos
comen trigo. Jesús los disculpa. Los cristianos retornan a Cafarnaúm.
Jesús cura una mano seca en sábado, y defiende su acto.
1. Otro sábado había llegado, y Jesús y los doce caminaban a
través de un campo maduro.
2. Y como tenían hambre, cogieron algunas espinas de trigo, las
frotaron en las manos y comieron el grano.
3. Entre los que le seguían había fariseos de la secta más
estricta; y cuando éstos vieron que los doce frotaban el trigo y
se lo comían, dijeron a Jesús:
4. Señor, ¿por qué los doce hacen lo que la ley no permite hacer
en sábado?
5. Y Jesús dijo: ¿No habéis oído lo que David hizo cuando él y
los que le seguían tuvieron necesidad de alimentos?