9. Y Jesús dijo: Te ruego decirme ¿qué es vino? no es sino
agua con sabor de uvas.
10. ¿Y qué son uvas? No son sino cierta clase de pensamiento
expresado en forma corpórea. Yo puedo manifestar tal
pensamiento y tornar agua en vino
11. Entonces llamó a los sirvientes y les dijo: Traedme seis
cántaras de piedra, una cantara por cada uno de mis seis
discípulos, y llenadlas de agua hasta el borde.
12. Los sirvientes trajeron las cántalas y las llenaron de aguas
hasta los bordes.
13. Y Jesús produjo un pensamiento poderoso que hizo vibrar
los éteres hasta que se produjeron en manifestación, y he aquí
que el agua se coloró y se tornó en vino.
14. Los sirvientes llevaron el vino y lo dieron al jefe de la fiesta,
quien llamó al novio y le dijo:
15. Este vino es el mejor de todos. La mayoría de las gentes,
cuando da una fiesta, presenta al principio el mejor vino; pero
tú has reservado lo mejor para el final.
16. Y cuando contaron al jefe y a los huéspedes que Jesús, por
el poder de su pensamiento, había tornado el agua en vino,
estuvieron asombrados.
17. Y dijeron. Este es más que hombre. Seguramente es el
Cristo que los profetas de tiempos antiguos han dicho que
vendría.
18. Y muchos de los huéspedes creyeron en él y contentos lo
siguieron.
Capítulo 71
Jesús, sus seis discípulos y su madre van a Cafarnaúm. Jesús
enseña a las gentes, revelando la diferencia entre los reyes de la
tierra y los reyes de los cielos.
1. La ciudad de Cafarnaúm estaba a la orilla del mar de Galilea,
y allí vivía Pedro. Los hogares de Andrés, Juan y Santiago
estaban cerca.
2. Estos eran pescadores y como tenían que regresar a atender
sus redes, rogaron a Jesús y a su madre que los acompañaran,
y pronto, con Felipe y Nataniel, se encontraron descansando en
casa de Pedro, junto al mar.
3. La noticia se esparció per la ciudad y por la playa de que
había venido el rey de Judá, y las multitudes se acercaron a
estrecharle la mano.