4. Y Jesús dijo: NO puedo mostraros al rey a menos que lo
veáis con los ojos del alma porque el reino del rey es en el alma.
5. Y cada alma un reino es. Hay un rey para cada hombre.
6. Este rey es el amor. Y cuando este amor llega a ser el
supremo poder de la vida, el amor es el Cristo, de modo que
Cristo es rey.
7. Y todos pueden hacer que Cristo more en sus almas, como
Cristo mora en la mía.
8. El cuerpo es el templo del rey, y los hombres pueden llamar a
un hombre santo, un rey.
9. Quien limpie su forma mortal y la haga pura, tan pura que el
amor y la rectitud puedan morar lado a lado, dentro de sus
paredes, sin ensuciarse, es el rey.
10. Los reyes de la tierra se visten de regios ropajes y se
sienten solemnes para que los hombres se pongan de pie
reverentes ante ellos.
11. Un rey del cielo puede vestirse como pescador, puede
sentarse en la plaza del mercado, puede arar la tierra y ser un
espigador en el campo, puede ser esclavo encadenado;
12. Puede ser juzgado por los hombres como criminal, puede
languidecer en la celda de una prisión, puede morir en una cruz.
13. Los hombres rara vez ven a otros como dios
verdaderamente son. Los sentidos humanos perciben lo
aparente, y lo aparente y lo real pueden diferir en todo sentido.
14. El hombre carnal sólo ve al hombre exterior, templo del rey y
adora su templo.
15. El hombre de Dios es puro en su corazón; ve al rey; le ve
con los ojos del alma.
16. Y cuando se eleva al plano de Conciencia Cristo sabe que él
mismo es el rey, es el amor, es el Cristo y por lo tanto es hijo de
Dios.
17. Hombres de Galilea, preparaos a encontrar a vuestro rey.
18. Y Jesús enseñó a las gentes muchas lecciones, caminando
con ellas por la orilla del mar.
SECCION XV
SAMECH
EL PRIMER AÑO DEL MINISTERIO CRISTIANO