3. Los sacerdotes principales y los escribas, queriendo saber el
significado de esas palabras, dijeron:
4. Hombre audaz ¿cuál es el objetivo del mensaje que traes a
Israel? Si eres vidente o profeta dinos francamente quien te ha
enviado aquí.
5. Y Juan contestó; Yo soy la voz de uno que grita en el
desierto: preparad la vía, enderezad los senderos, porque he
aquí que el Príncipe de la Paz viene a gobernar en amor.
6. Vuestro profeta Malaquías escribió las palabras de Dios:
7. Y enviaré a Elías otra vez a vosotros antes que llegue el día
de la retribución, para que otra vez torne los corazones
humanos a Dios, y si no los tornaren ellos, los heriré con una
maldición.
8. Hombres de Israel: vosotros conocéis vuestros pecados. Al
pasar por vuestras calles he visto un ave herida y he visto que
hombres de todas las clases sociales la atacaban a palos. Y el
nombre de esta ave es la Justicia.
9. Y volví a ver y observé que su compañero había sido muerto:
la Rectitud, de alas blancas y puras había sido pisoteada en el
polvo.
10. Y os digo que vuestra maldad se ha convertido en una
cloaca de iniquidades que está mandando su fetidez
insoportable a los cielos.
11. Refórmate, oh Israel refórmate, prepárate para encontrar a tu
rey.
12. Y Juan se volteó para irse, y al irse dijo:
13. En siete días me encontrareis en Gilgal, en el lado del
Jordán, donde por primera vez cruzó Israel para entrar en la
tierra prometida.
14. Y abandonó el templo para no entrar nunca más. Muchos le
siguieron hasta Betania, donde moró en la casa de Lázaro, su
pariente.
15. La multitud estaba apiñada alrededor de la casa y no quería
irse. Entonces Juan salió y dijo:
16. Refórmate, oh Israel, refórmate. Prepárate a encontrar a tu
rey.
17. No son sólo los sacerdotes y los escribas los pecadores de
Israel. Ni son sólo los gobernantes y los ricos los pecadores de
Judea.