18. El hecho de que un hombre sea pobre no implica que sea
bueno o puro.
19. Los vagabundos, indiferentes movedizos, de la tierra son
esencialmente pobres y tienen que mendigar el pan.
20. Los mismos hombres qué me vitorearon por lo que les dije a
los sacerdotes y a los escribientes respecto a su injusticia para
con los hombres, son precisamente los que apedrean y apalean
en las calles a la pobre Justicia.
21. Yo los vi pisotear la mísera ave muerta de la Rectitud.
22. Y vosotros que me seguís, vosotros el pueblo llano, no sois
en el crimen ni un poquito mejores que los escribas y los
sacerdotes.
23. Reformaos, hombres de Israel; el rey ha llegado; preparaos
para encontrar a vuestro rey.
24. Con Lázaro y sus hermanos, Juan se quedó por cuatro días.
25. Y hubo una fiesta en honor del Nazareno y toda la gente
rodeó la mesa.
26. Y cuando el personaje más prominente de la población
vertió el vino espumante y lo ofreció a Juan en un vaso, Juan lo
tomó, lo levantó en alto, y dijo:
27. El vino alegra el corazón carnal y entristece el alma humana.
Sumerge profundamente en amargura y desencanto al espíritu
inmortal del hombre.
28. Cuando era niño hice el juramento de Nazar, y nunca he
bebido una gota.
29- Y si vosotros queréis complacer al rey que viene,
abandonad vuestra copa como abandonáis una cosa muerta.
30. Y diciendo esto, arrojó a la calle el vino espumante.
Capítulo 63
Juan, el precursor, visita Jericó. Encuentra a las gentes en Gilgal.
Anuncia su misión. Establece el rito del bautismo. Bautiza a muchos.
Regresa a Betania y enseña. Regresa al Jordán.
1. Y Juan descendió a Jericó, donde moró con Alfeo.
2. Y cuando las gentes supieron que había llegado, vinieron en
grandes masas a oírle hablar.
3. Pero él no habló a nadie, sino que, a su tiempo, se fue al vado
del Jordán y allí dijo a la multitud:
4. Reformaos. Lavad vuestros pecados en la fuente de la
pureza. El reino está a la mano.