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BIOLOGÍA
Problemas resueltos
33.1
El tarsero es una bestezuela sin par
pues sus ojos en torno no puede girar,
mas cuando sentado descansa
teniendo hacia oriente la panza
su testa voltea para el ocaso mirar.
¿Qué características de los primates permiten co
locarlos en el subphylum Vertébrala?
Todos los vertebrados poseen una columna vertebral
en torno a la médula espinal y cuentan con un complejo encéfalo verdadero protegido por un cráneo.
Esto se cumple en todos los primates actuales. Asimismo, los vertebrados presentan cola posanal. Desde luego, todos los primates cuentan con esa cauda
[que de hecho sirve como órgano de sujeción (prensil) a varios prosimios y monos] o bien descienden de
ancestros que la tuvieron y aún exhiben los vestigios
de ella en forma de un coxis. Otra característica que
todos los primates comparten con el resto de los vertebrados es la presencia de un corazón ventral, aunque este rasgo no es privativo del subphylum.
33.2
A pesar de que sólo unos cuantos monos y simios
son arborícolas, todos tienen encéfalo visual. Es indudable que los simios y los seres humanos evolucionaron hacia una existencia terrícola, pero su
encéfalo no dejó de ser esencialmente visual (esto
es un ejemplo del retraso que puede haber entre las
modificaciones del estilo de vida y los cambios morfológicos adecuados). En casi todos los primates, la
tendencia hacia un mayor encéfalo visual ha ido
acompañada por una reducción del hocico. Este último funciona como órgano de amplificación del
sentido del olfato, de modo que esta tendencia evolutiva de los primates concuerda con las predicciones
teóricas.
En opinión del lector, ¿cuál es la importancia relativa del encéfalo "olfatorio" en comparación con
el encéfalo "visual" en cuanto a la evolución primitiva?
33.3
Muchas de las principales características de la evolución de los primates se relacionan con su adaptación
a !a vida arborícola. Entre ellas cabe destacar la flexibilidad de las articulaciones escapulares, una cola
prensil, un pulgar oponible que permite sujetar cosas
y manipular ciertas características del medio, la reducción del hocico largo y la transformación de las
garras especializadas en uñas planas cuya forma es
más acorde a los dedos largos y delicados de estos
animales.
Puesto que la visión es mucho más importante
que el olfato para los organismos arborícelas, una de
las tendencias evolutivas de los primates fue hacia la
mayor predominancia y desarrollo de las áreas visuales del encéfalo (situadas principalmente en la zona
occipital de la región posterior del cerebro) en comparación con los pequeños centros olfatorios (rinencéfalo), los cuales se localizan en la parte anterior
del cerebro y se prolongan hacia el morro.
Los más primitivos de los primates actuales
son los lémures, cuyas dimensiones no son mayores
que las de una rata de buen tamaño. Aunque son básicamente arborícolas cuentan con encéfalo olfatorio,
lo cual sugiere una divergencia mínima respecto a
sus ancestros terrícolas: los insectívoros. Por otra
parte, los tarseros arborícolas, un poco más evolucionados, no sólo tienen encéfalo visual sino sus ojos
están situados en una posición más mediana que la
de los lémures. Esta nueva posición ocular permite el
traslape de los campos visuales y brinda a los animales la posibilidad de percibir la profundidad. La importancia de la visión para un prosimio como el tarsero
también se refleja en la rara aptitud descrita por la siguiente rima:
¿Cuáles son las principales diferencias entre los
simios y el ser humano?
1.
2.
3.
4.
5.
La primera diferencia, evidente incluso en los
australopitécidos más primitivos, es la postura
erecta y el bipedalismo (locomoción sobre las
extremidades posteriores) del ser humano. Junto
con la adquisición de la postura erecta ocurrió un
desplazamiento de la posición del cráneo, qua
ahora está más o menos centrado en la cúspide
de la columna vertebral. En los simios la columna vertebral se encuentra unida a la región pos
terior del cráneo. Este reacomodo ocurrido en
las formas humanas dio mejor soporte al cráneo
y facilitó la postura erecta de todo el cuerpo.
El dedo mayor del pie de los simios es largo y
oponible a los demás dedos. En todos los miembros del género Homo, el dedo mayor del pie es
pequeño y se encuentra alineado con los demás
dedos. A pesar de que ei pie humano ya no es
prensil, sus cinco dedos alineados constit uyen
una mejor base de soporte para al animal erecto.
Tanto las mandíbulas como los dientes de los
seres humanos están muy reducidos. Esto hace
que el morro sea más estrecho. Los labios son
sumamente móviles y se prestan para cumplir funciones sociales; por ejemplo, hablar o
besarse.
Los rebordes frontales de los simios están muy
reducidos en el ser humano. Este último posee
frente amplia y despejada, !o cual se relaciona
con el mayor volumen craneal necesario para su
encéfalo anterior.
Es probable que la diferencia más significativa entre los simios y el ser humano sea el