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BIOLOGÍA
pertenezcan a la división Psliophyta. Estas plantas dominaron el planeta hace mucho tiempo, pero en la actualidad sólo quedan unos cuantos géneros de ellas. Las
psilofitas sólo poseen algunas de las características de
las plantas vasculares, pero en ellas puede apreciarse un
sistema vascular primitivo. Aunque algunos botánicos
consideran que las psilofitas son las formas que dieron
origen a los demás tipos vasculares, otros opinan que
son formas degeneradas descendientes de tipos más
avanzados como los helechos.
EJEMPLO 5 Psilotum, un género tropical moderno, es
una forma relativamente sencilla que probablemente desciende de psilofitas fósiles que se extinguieron hace unos
350 millones de años. Carece de raíces verdaderas; su porción inferior es un rizoma, es decir, un tallo horizontal que
yace paralelo al sustrato y del cual parten hacia el suelo delgados rizoides. Lo que parecen seudohojas son en realidad
pares de escamas que crecen a lo largo del tallo. Sin embargo, la presencia de haces vasculares señala al género como
una verdadera traqueofita.
LICOPODIOS Y EQUISETOS
Los licopodios pertenecen a la división Lycopodophyta.
Estas plantas comparten con las psilofitas algunas peculiaridades: su generación gametofítica no es fotosintética
y su nutrición depende de una relación simbiótica mutualista con ciertos hongos. Las licopodofitas fueron las plantas terrestres dominantes en los pantanos que cubrieron
la Tierra hace unos 300 millones de años. Ciertos grupos
de licopodios extintos fueron arborescentes; lo único que
conocemos son sus fósiles. Los licopodios contemporáneos, que pertenecen a más de 900 especies, son plantas pequeñas. Los representantes tropicales del grupo
suelen ser epifíticos, es decir, crecen sobre otras plantas a las que utilizan exclusivamente como soporte estructural.
Los licopodios poseen raíces y hojas verdaderas.
Su generación esporofítica es dominante, de modo que
estas plantas cumplen la regla general de las traqueofitas. Las esporas que se convierten en el gametofito se
forman en hojas especiales llamadas esporofilas.
Otra división de plantas sin semilla es la Sphenophyta (equisetos o colas de caballo). Estas plantas
también fueron muy prósperas en épocas pasadas, pero
en la actualidad están representadas por un solo género:
Equisetum. En su mayoría son pequeñas plantas herbáceas (no leñosas) cuya altura máxima es de cerca de
70 cm. Sus tallos son huecos y articulados. Las hojas
crecen como verticilos en torno a cada articulación (nudo). Los esporangios se forman en grupos en las puntas
de un tallo central. Esos grupos de esporangios forman
un estróbilo o cono, el cual es muy diferente de las
esporofilas de los licopodios. Este cono parece cola de
caballo y a eso se debe el nombre del grupo. Los pequeños gametofitos de los equisetos son fotosintéticos y llevan una vida independiente del esporofito. Cada
gametofito es monoico, de modo que forma arquegonios
o anteridios.
HELECHOS
Los helechos (Pterophyta) son las más comunes y numerosas de las plantas sin semilla, pues comprenden
más de 12 000 especies. Sus hojas son más anchas y
vascularizadas que las de las licopodofitas y las esfenofitas. En los capítulos 11 y 13 se explican en detalle la
anatomía y el ciclo de vida de los helechos.
Las plantas sin semillas dejaron tras de sí un legado de extensos mantos de carbón mineral formados hace
más de 300 millones de años. Puesto que el carbón es
resultado de la compresión de materia orgánica vegetal
bajo el enorme peso de la tierra que la cubrió, los inmensos bosques que existieron en esa era generaron el combustible fósil que alimenta los modernos hornos
industriales. El lapso de formación de carbón a partir de
esos enormes bosques de plantas sin semilla se denomina periodo Carbonifero.
31.3
PLANTAS CON SEMILLA
La adquisición de semilla representó la cúspide de la
adaptación al medio terrestre en el reino vegetal. En las
plantas con semilla no sólo predomina el esporofito, sino
que el gametofito se ha reducido hasta llegar a ser una
estructura dependiente encerrada en el arquegonio del
esporofito. Por otra parte, los espermatozoides flagelados
de las plantas inferiores fueron sustituidos por el proceso de polinización. Fue la polinización lo que permitió
que las plantas se independizaran del agua como vehículo de fecundación. Asimismo, el cigoto y el embrión en
desarrollo (que se convertirá en el nuevo esporofito) dejaron de depender del agua, pues la semilla aloja al embrión dentro de una dura cubierta y lo protege con otros
mecanismos.
EJEMPLO 6 La semilla contiene un esporofito parcialmente desarrollado y en estado de latericia. Está rodeado
por material alimenticio de reserva y su duro integumento
(piel) lo protege contra diversos tipos de estrés ambiental. La
semilla y su esporofito embrionario permanecen latentes por
un tiempo y luego germinan (reanudan su desarrollo) cuando
las condiciones son adecuadas. Esas propiedades de la estructura reproductiva incrementan considerablemente las posibilidades de supervivencia en el hábitat terrestre, que en
ocasiones es muy inhóspito.