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386 BIOLOGÍA pertenezcan a la división Psliophyta. Estas plantas dominaron el planeta hace mucho tiempo, pero en la actualidad sólo quedan unos cuantos géneros de ellas. Las psilofitas sólo poseen algunas de las características de las plantas vasculares, pero en ellas puede apreciarse un sistema vascular primitivo. Aunque algunos botánicos consideran que las psilofitas son las formas que dieron origen a los demás tipos vasculares, otros opinan que son formas degeneradas descendientes de tipos más avanzados como los helechos. EJEMPLO 5 Psilotum, un género tropical moderno, es una forma relativamente sencilla que probablemente desciende de psilofitas fósiles que se extinguieron hace unos 350 millones de años. Carece de raíces verdaderas; su porción inferior es un rizoma, es decir, un tallo horizontal que yace paralelo al sustrato y del cual parten hacia el suelo delgados rizoides. Lo que parecen seudohojas son en realidad pares de escamas que crecen a lo largo del tallo. Sin embargo, la presencia de haces vasculares señala al género como una verdadera traqueofita. LICOPODIOS Y EQUISETOS Los licopodios pertenecen a la división Lycopodophyta. Estas plantas comparten con las psilofitas algunas peculiaridades: su generación gametofítica no es fotosintética y su nutrición depende de una relación simbiótica mutualista con ciertos hongos. Las licopodofitas fueron las plantas terrestres dominantes en los pantanos que cubrieron la Tierra hace unos 300 millones de años. Ciertos grupos de licopodios extintos fueron arborescentes; lo único que conocemos son sus fósiles. Los licopodios contemporáneos, que pertenecen a más de 900 especies, son plantas pequeñas. Los representantes tropicales del grupo suelen ser epifíticos, es decir, crecen sobre otras plantas a las que utilizan exclusivamente como soporte estructural. Los licopodios poseen raíces y hojas verdaderas. Su generación esporofítica es dominante, de modo que estas plantas cumplen la regla general de las traqueofitas. Las esporas que se convierten en el gametofito se forman en hojas especiales llamadas esporofilas. Otra división de plantas sin semilla es la Sphenophyta (equisetos o colas de caballo). Estas plantas también fueron muy prósperas en épocas pasadas, pero en la actualidad están representadas por un solo género: Equisetum. En su mayoría son pequeñas plantas herbáceas (no leñosas) cuya altura máxima es de cerca de 70 cm. Sus tallos son huecos y articulados. Las hojas crecen como verticilos en torno a cada articulación (nudo). Los esporangios se forman en grupos en las puntas de un tallo central. Esos grupos de esporangios forman un estróbilo o cono, el cual es muy diferente de las esporofilas de los licopodios. Este cono parece cola de caballo y a eso se debe el nombre del grupo. Los pequeños gametofitos de los equisetos son fotosintéticos y llevan una vida independiente del esporofito. Cada gametofito es monoico, de modo que forma arquegonios o anteridios. HELECHOS Los helechos (Pterophyta) son las más comunes y numerosas de las plantas sin semilla, pues comprenden más de 12 000 especies. Sus hojas son más anchas y vascularizadas que las de las licopodofitas y las esfenofitas. En los capítulos 11 y 13 se explican en detalle la anatomía y el ciclo de vida de los helechos. Las plantas sin semillas dejaron tras de sí un legado de extensos mantos de carbón mineral formados hace más de 300 millones de años. Puesto que el carbón es resultado de la compresión de materia orgánica vegetal bajo el enorme peso de la tierra que la cubrió, los inmensos bosques que existieron en esa era generaron el combustible fósil que alimenta los modernos hornos industriales. El lapso de formación de carbón a partir de esos enormes bosques de plantas sin semilla se denomina periodo Carbonifero. 31.3 PLANTAS CON SEMILLA La adquisición de semilla representó la cúspide de la adaptación al medio terrestre en el reino vegetal. En las plantas con semilla no sólo predomina el esporofito, sino que el gametofito se ha reducido hasta llegar a ser una estructura dependiente encerrada en el arquegonio del esporofito. Por otra parte, los espermatozoides flagelados de las plantas inferiores fueron sustituidos por el proceso de polinización. Fue la polinización lo que permitió que las plantas se independizaran del agua como vehículo de fecundación. Asimismo, el cigoto y el embrión en desarrollo (que se convertirá en el nuevo esporofito) dejaron de depender del agua, pues la semilla aloja al embrión dentro de una dura cubierta y lo protege con otros mecanismos. EJEMPLO 6 La semilla contiene un esporofito parcialmente desarrollado y en estado de latericia. Está rodeado por material alimenticio de reserva y su duro integumento (piel) lo protege contra diversos tipos de estrés ambiental. La semilla y su esporofito embrionario permanecen latentes por un tiempo y luego germinan (reanudan su desarrollo) cuando las condiciones son adecuadas. Esas propiedades de la estructura reproductiva incrementan considerablemente las posibilidades de supervivencia en el hábitat terrestre, que en ocasiones es muy inhóspito.