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EVOLUCIÓN: EL PROCESO 333 evolución hacia nuevas formas, cabría esperar un espectro continuo de fósiles representativos a lo largo del proceso de transición. En 1972, Niles Eldredge del American Museum of Natural History y Stephen J. Gould de la Harvard University propusieron la teoría del equilibrio de punto, la cual explica (entre otras cosas) estas lagunas en el registro fósil. En los equilibrios de punto los cambios evolutivos ocurren a saltos (cambios repentinos seguidos por largos periodos de relativa invariabilidad). En ciertas condiciones se forman nuevas especies a partir de otras anteriores y las principales modificaciones quedan comprimidas en pocos miles de años, en lugar de ocurrir a través de millones de años. Aunque el lector pueda pensar que miles de años no pueden ser considerados como algo repentino, esos lapsos representan apenas una mínima proporción de la existencia de cualquier especie en cuanto a sus tendencias evolutivas. Debido a que los fósiles sólo son muestras de la flora o la fauna de cierta era y a que son desenterrados de manera fortuita, la posibilidad de obtener registros de cada pa so de un periodo de cambio intenso es muy improbable. La teoría del equilibrio de punto ha generado considerables controversias. Sus oponentes sostienen que las escalas de tiempo comprimidas para que ocurran cambios no alteran en forma radical la perspectiva darwiniana del gradualismo y que tampoco un salto demostrado en un linaje prueba que ocurran saltos similares en todos los linajes. Lo que es más, puede ser que en la realidad no sucedan nunca los periodos de relativa invariabilidad planteados hipotéticamente por Eldredge y Gould, ya que pueden estar produciéndose alteraciones profundas a nivel molecular y tisular sin que puedan ser detectadas por un examen del registro fósil. Es más difícil impugnar la teoría del equilibrio de punto que la idea de que la discontinuidad de las formas de vida actuales se debe a que los estados de transición duran relativamente poco, es decir, que las especies actuales no quedaron establecidas sino después de haber pasado por los cambios que condujeron a formas relativamente estables. La biología molecular es la herí amienta que nos ha permitido determinar la naturaleza (secuencia de bases) del DNA y de las proteínas que éste codifica. En su mayor parte, la principal fuente de materia prima para el "molino" evolutivo, es decir, las mutaciones, son secuencias alteradas de las bases nitrogenadas del DNA. El ritmo de la evolución puede expresarse como el porcentaje de cambios en las secuencias de DNA en un tiempo determinado, mientras que el parentesco entre diferentes especies depende del grado de semejanza entre sus DNA. Dado que las proteínas son codificadas por el DNA, las semejanzas estructurales de éstas (secuencia de aminoácidos) también sirven para precisar las relaciones evolutivas entre grupos. Es notable que las ideas sobre la evolución concebidas por un hombre que no sabía nada acerca de los cromosomas y de sus unidades químicas hayan sido confirmadas y reforzadas por los descubrimientos efectuados en el campo de la biología molecular. Darwin pensaba que era posible remontarse hacía atrás, siguiendo el linaje de los seres vivos, hasta encontrar al final una sola pareja de progenitores ancestrales. La existencia de un código genético en todos los seres vivos es sumamente coherente con este concepto de una descendencia con modificación. También es posible corroborar el parentesco básico de las diversas formas de vida en la similitud de muchas de sus proteínas. EJEMPLO 4 Ciertas proteínas —por ejemplo, las cadenas α y β deja hemoglobina y el citocromo o— han sido investigadas ampliamente en un esfuerzo por encontrar instrumentos moleculares que permitan estudiar en forma secuencial la diversificación evolutiva. La composición de los aminoácidos de las cadenas β de la hemoglobina es virtualmente idéntica en los seres humanos y en los gorilas. La cadena β del gorila tiene menos de 10 aminoácidos diferentes a los de la proteína humana, pero la cadena β de los peces sin mandíbula (agnatos) tiene más de 100 aminoácidos diferentes. Estas distancias genéticas confirman el parentesco relativo, ya sugerido por otros datos científicos, de dichas formas de vida. 25.5 BIOLOGÍA MOLECULAR DEL CAMBIO EVOLUTIVO La selección natural opera sobre fenotipos individuales y así determina el éxito reproductivo de ciertos individuos. Sin embargo, lo que tiende a persistir son los genotipos de las formas selectivamente favorecidas, ya que estos se transmiten de una generación a la siguiente. La suma total de tos genotipos constituye la poza génica de la población. De hecho, esta poza es la entidad que evoluciona y que define en un momento dado a cada población específica. En última instancia, la gran diversidad del mundo vivo se basa en la índole y los cambios del DNA. 25.6 CONTROL DE LAS POZAS GENICAS El equilibrio de Hardy-Weinberg se aplica a poblaciones hipotéticas en las cuales no se suscitan cambios esenciales de las frecuencias génicas o de las proporciones genotípicas. Sin embargo, en la naturaleza sí ocurren cambios en esas características. Tales cambios en los átelos de una población se denominan microevolución. Una de las causas principales de este fenómeno es la selección natural, el proceso darwiniano de reproducción diferencial que da por resultado un aumento de la